Educación y respeto para saber convivir

Francisco Brea
Fran Brea CRÓNICA

BARBANZA

06 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Educación, respeto mutuo, convivencia, empatía... no, no pretendo llenar un hueco más de papel hablando de Cataluña y España. En este caso, lo enumerado al inicio me viene a la cabeza por la celebración, el domingo, del Día da Bicicleta en Boiro. Tras hablar con varias personas de este tema durante la semana, esas palabras fueron recurrentes. Parece mentira que a día de hoy todavía haya que seguir luchando para que ciclistas y conductores podamos vivir en harmonía y circular sin temor a provocar un accidente, pero bueno, cierto es que quedan muchas cosas por las que pelear.

Aún recuerdo un vídeo que hace unos años se hizo viral. En el mismo se veía como una mujer increpaba a un grupo de ciclistas después de haber mandado a uno de ellos a la cuneta y se preguntaba, de muy malas maneras, para quién se habían hecho las carreteras. Pues la respuesta es fácil, para todos. La bicicleta, aunque no tenga motor, es un vehículo como bien recogido está en su definición. Tras una época bastante negra, en la que periódicamente aparecían en los medios de comunicación informaciones sobre atropellos a estos deportistas, parece que la cosa se ha calmado, aunque todavía queda mucho por hacer. En un montón de lugares, la bici es un medio de transporte que se usa en sustitución del coche. Para las ciudades es una bendición; mucho más ágil y no hay que hacer esfuerzos para encontrar un lugar en el que aparcarla.

Por desgracia, aquí parece que falta mucho para que se vea de esa manera. También es cierto que en Galicia las cuestas no ayudan, pero sobre todo falta esa forma de ver la bicicleta y una buena educación por todos los agentes que se reúnen en una carretera para poder convivir en paz. Asimismo, es cierto que las empresas podrían poner algo de su parte. En muchas ciudades europeas los centros de trabajo tienen vestuarios para que los empleados se puedan cambiar, porque hay que reconocer que no es agradable estar todo el día con la misma ropa después de haber dado pedales, principalmente si se ha recorrido una distancia considerable.

A la vista está que todavía queda mucho por hacer en esta cuestión. Por ello, jornadas como la que se celebrará el domingo en Boiro son tan importantes. Además de ser un día festivo, en el que mucha gente se lo pasa bien rodeado de sus seres queridos, es una gran oportunidad para que, principalmente, los más pequeños se habitúen a circular por la carretera en bicicleta y comprendan que si todos ponemos de nuestra parte podemos respetarnos y tendremos nuestro espacio. El día de mañana, los niños serán conductores y muchos de ellos ciclistas. Si han interiorizado el mensaje, sabrán como actuar cuando se encuentren.