Un vecino de Baño paraliza las obras de las nuevas aceras por su excesiva altura

Un vecino del lugar muradano de Baño impidió ayer la continuación de las obras proyectadas por el Concello para instalar en la zona la nueva red de saneamiento y aceras. El propietario de un taller mecánico justificó su oposición a la ejecución de los trabajos por considerar que la altura que se pretende dar a los bordillos impide el acceso de vehículos de gran porte a su negocio.

Además, dijo que dichas obras no se ajustan a la ley, y por ello señaló que defenderá sus derechos ante lo que considera un atropello por parte del ejecutivo municipal. La empresa adjudicataria comunicó al Concello la imposibilidad de proseguir con las actuaciones encomendadas, y hasta el lugar se desplazó la propia alcaldesa, María Xosé Alfonso, acompañada de agentes de la Policía Local.

La regidora explicó al afectado que la actuación prevista para la zona fue aprobada por el pleno, que existe un proyecto avalado por la corporación municipal y que su obligación es la de hacer cumplir lo acordado. Alfonso también le manifestó que en las aceras se habilitarán rampas de acceso al taller, y por ello le pidió que permitiese continuar con los trabajos. Ante la falta de acuerdo, la alcaldesa reclamó la presencia de la Guardia Civil, que redactó un informe sobre los hechos para trasladarlo al juzgado de instrucción.

A esta protesta por las obras se sumaron la mayoría de los residentes en la zona, los cuales critican la reducción de espacio para aparcamiento, las dificultades e inseguridad para acceder y salir de la carretera de Anido y el exceso de altura de los bordillos. También denunciaron el peligro de transitar por las aceras con rampas pronunciadas y los problemas derivados de los niveles en la calzada que impiden que el agua llegue a los desagües.

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