La proliferación de plumachos amenaza con eliminar especies autóctonas

Ana Lorenzo Fernández
ana lorenzo RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

La lluvia de los últimos días ha favorecido la floración y su expansión sin control

09 oct 2019 . Actualizado a las 20:30 h.

De ser una planta ornamental que sirvió para humanizar las márgenes de las autopistas ha pasado a convertirse en uno de los mayores problemas medioambientales que amenaza con variar los ecosistemas de la comarca y ocupar el lugar de especies autóctonas. La lluvia caída en los últimos días ha provocado una nueva floración de los conocidos como plumachos (hierba de la Pampa o cortaderia selloana), una planta argentina invasora cuya presencia se ha multiplicado exponencialmente debido a la facilidad que tiene para expandirse.

De hecho, una vez que florece, libera miles de semillas que el viento puede arrastrar hasta 25 kilómetros de distancia, lo que la convierte en «una de las veinte especies exóticas invasoras más dañinas presentes en España», como está catalogada por la propia Consellería de Medio Ambiente. El problema es que, en la mayoría de los casos, esta planta crece sin control en fincas abandonadas o sin desbrozar, lo que multiplica su presencia con cada nueva floración, y ya se ha hecho habitual en los polígonos industriales de A Pobra o Ribeira, así como en las inmediaciones del parque natural de Corrubedo, donde su presencia pondría en serio peligro este entorno protegido.

Como ocurre con otras especies invasoras, poco a poco van ocupando el espacio de plantas autóctonas, lo que acaba por reducir la presencia de las segundas y ocasionar graves daños en el sector forestal y de la agricultura. En este sentido, los expertos hablan de que las primeras plantas que desaparecen por la proliferación de plumachos son las que tienen flor, lo que lleva aparejada la reducción del número de abejas y de los productos que obtienen los apicultores.

Incendios

Otro peligro que viene parejo a la aparición de esta hierba de la Pampa es que puede alcanzar una gran altura -hasta los tres metros-, lo que ayuda a propagar las llamas con mayor facilidad en caso de incendio. A todo ello se une que es una planta que puede invadir zonas arrasadas por el fuego, evitando que vuelvan a nacer especies autóctonas. Desde distintas entidades medioambientales reclaman a la Xunta una «actuación urgente» para evitar que el problema pueda ser mucho mayor.

«La mejor solución para acabar con ellos es cortar los pies de la planta desde la raíz»

Las floraciones masivas de los plumachos y su facilidad de expansión es un problema difícil de atajar, por lo que «la mejor solución para acabar con ellos es cortar los pies de la planta desde la raíz y mantener la vigilancia durante varios años porque se puede reproducir con facilidad», explica Luis Navarro, profesor de Bioloxía Vegetal en la Universidade de Vigo (Uvigo). Recuerda que en Argentina se cuenta con especies de herbívoros, como las llamas, que se alimentan de estas plantas y ayudan a mantenerlas a raya, evitando que florezcan y, por lo tanto, que se expandan.

Aquí esa opción es inviable y, aunque cortarlas de raíz es la mejor solución, existen otras alternativas químicas como es el uso de herbicidas cuya base principal es el glifosato, «pero hay que tener mucho cuidado con ellos, porque pueden pasar al suelo y generar problemas en otras especies». Las mismas consecuencias tiene otra de las posibilidades que se ha dado para terminar con esta plaga y que pasa por prenderle fuego, como ocurrió en el concello coruñés de Oleiros.

Para Luis Navarro esta tampoco es la mejor alternativa, porque se deja arrasada una zona y no se asegura que los plumachos no vuelvan a aparecer. De hecho, esta especie tiene especial facilidad para prender en fincas que han sufrido el impacto de las llamas. «No tiene ningún sentido biológico, porque posiblemente el año que viene vuelvan a brotar, seguramente con más fuerza que ahora debido al aporte de cenizas», afirma el profesor de la Universidade de Vigo.