La muerte de José Meniño Pardal el pasado 22 de agosto casi pasó desapercibida. Parece un curioso homenaje al hombre que fue siempre silencioso y humilde. Nació en Janza-Valga hace 72 años, se doctoró a los 24 por el departamento de Química-Física de la Universidade de Santiago, y pronto obtuvo la cátedra de Física, que ejerció durante años en Vigo.
Quiero resaltar que detrás de su baja estatura se escondía un científico gigante en el campo de la Física y admirado por todos los que le conocían. Se dice que la muerte de un compañero es un poco nuestra muerte, en el caso de José Meniño lo sentimos profundamente, tanto por su calidad intelectual como personal. Le echaremos de menos en las reuniones periódicas de compañeros de la facultad que celebramos en Santiago. En ellas surgían preguntas de actualidad. Recuerdo que en la última le insistieron para que nos explicara qué es el Bosón de Higgs. Lo hizo de forma amena y sencilla, debido a su gran capacidad de síntesis. Recurrió a una metáfora que nunca olvidaré y que nos hizo ver que la física de partículas elementales es metafísica. Meniño deja huella en nuestra memoria. Manuel Franco Núñez es vecino de Ribeira.