El pósito de Cabo denuncia el saqueo de diez toneladas de cría este verano

Á. Sevilla / j. M. Sande RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

cedida

El uso de grandes rastros permite extraer más de 500 kilos de bivalvo por semana

05 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

«Este verano los furtivos nos están haciendo mucho daño», confiesa la vicepatrona de la cofradía de pescadores de Cabo de Cruz, Susana Silva. Las cifras que maneja el pósito alarman a los profesionales boirenses que tienen como modo de vida el marisqueo. Desde junio hasta agosto, en solo tres meses, calculan que los furtivos se han llevado de sus arenales más de 10 toneladas de cría, bivalvo que echarán de menos en las próximas campañas.

«Es imposible controlarlos. En verano, al tener mejores temperaturas, trabajan más tiempo, prácticamente las 24 horas del día», afirma Silva. Cuenta que la pasada semana cazaron a un grupo de furtivos con más de 70 kilos de cría, que saquearon en poco más de 15 minutos. En este caso bajaron con gafas y traje de neopreno, aunque lo normal es que acudan directamente con rastros, e incluso con vehículos a los que colocan un rastrillo para esquilmar todo lo que encuentran a su paso.

«Vamos a peor. Los furtivos ven que aunque los cojamos no les pasa nada, por lo que se atrae a más gente», explica Silva, que asegura que el fin de la temporada de verano es una bocanada de oxígeno. «Los turistas también se han aficionado a extraer almeja; aunque el gran problema sigue siendo la cría, nos salen frentes por todos lados. Es un descontrol porque nunca sabes cuánto pueden coger. Hubo días en los que llegábamos a una playa y nos decían que se habían llevado sacos y sacos».

A pesar de que Cabo es el punto más conflictivo de la comarca, en Rianxo también han tenido problemas con los furtivos en varias ocasiones. Su patrón mayor, Miguel Iglesias, confirma que «as mareas mortas seguen atraendo a esta xente porque teñen máis marxe de praia. Aínda que non foi nada alarmante, van a por todo, tamén a pola cría».

El responsable del pósito asegura que, al concentrarse en Boiro estos mariscadores ilegales, se están librando de la sangría, pero afirma: «Non porque lle rouben ao veciño aquí estamos contentos. O que necesitamos é que isto vaia a menos, porque é unha ruína. Se collen a cría rómpenche a campaña que vén». Sobre el destino de este bivalvo, reconoce que «ten que ir para parques de cultivo, xa que con ese tamaño non se pode comercializar».

En Muros-Noia

En la ría de Muros-Noia, los problemas con el furtivismo se diluyen, aunque no desaparecen. En el litoral muradano este quebradero de cabeza se mantiene, ya que, por ejemplo, la pasada semana se recuperaron 100 kilos de berberecho que habían sido saqueados en la playa de Abelleira. Los responsables de la cofradía creen que se trata de un grupo organizado que, al final de cada verano, se acerca a la localidad para sacar rédito económico. En esta ocasión, ya se denunciaron los hechos ante la Guardia Civil.

En O Freixo, en cambio, el pósito noiés optó por aumentar la vigilancia, ya que estaban sufriendo serios problemas para atajar el furtivismo de la navaja. Por el momento parece que han tenido éxito y consiguieron frenar a los mariscadores ilegales.

El furtivismo en Corrubedo y Espiñeirido es el gran problema de la cofradía de Aguiño

A pesar de que el de Cabo sigue siendo el pósito que más sufre con la lacra del furtivismo, en la cofradía de Aguiño no son ajenos a este problema. Su patrón mayor, José Santamaría, destaca que el saqueo de percebe en las costas de Corrubedo y Espiñeirido ocupa buena parte de sus pesadillas: «Uns chaman a outros e o problema cada vez é máis grande. Atácanos a todos».

Santamaría reconoce que el problema aumenta cuando los furtivos se centran en lugares vírgenes: «Ao non estar traballados teñen fácil levar uns dez quilos. Hai algúns que van porque non teñen recursos, pero en moitos casos é xente que prefire traballar sen pagar impostos e que saben que ao non haber unha lexislación clara non van pagar nada».

En Ribeira, el patrón mayor, José Pérez, reconoce que en Coroso, hasta el náutico, tienen localizados a varios mariscadores ilegales que extraen navaja y almeja. Sin embargo, el aumento de la vigilancia ha permitido ponerle coto a este problema.