«Yo no quiero vivir de las ayudas»

a. parada RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

Ángeles Teira habla de su situación en la comarca, en la que los ingresos medios anuales de los hogares cayeron 1.200 euros en una década

31 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Pesa a los síntomas de recuperación económica que se van percibiendo, como el crecimiento empresarial y cierto aumento en el consumo, la economía de los hogares del área barbanzana todavía no ha se sitúa en los mismos índices que hace una década. Concretamente, los ingresos de las familias han caído, de media, unos 1.200 euros al año. Detrás de estos fríos datos estadísticos hay historias de personas que cada tienen que realizar juegos malabares para llevar un plato de comida a la mesa.

Este es el caso de Ángeles Teira Rego, una vecina de Ribeira de 38 años que subsiste con cerca de 350 euros mensuales. Esa es la retribución que percibe porque posee una discapacidad reconocida del 85 %. Precisamente, ese impedimento es su principal escollo, porque ella tiene muy claro que -después de realizar múltiples cursos- lo que desea es trabajar y afirma rotundamente: «Yo no quiero vivir de ayudas».

El calvario de Teira comenzó hace ocho años, cuando se separó de su marido. Las dificultades no tardaron en traducirse en una acumulación de deudas y facturas que todavía llegan a día de hoy. Por ese motivo, la unidad familiar comenzó a tambalearse en aquel momento. Mientras muchos barbanzanos veían como sus retribuciones se iban rebajando o descendían los ingresos que entraban mensualmente, la economía en el hogar de Teira saltaba por los aires.

Sus hijos, con la abuela

«Lo pasé fatal. Me vi obligada a dejar a mis niños con mi madre, era eso o los mandaban para un centro de A Coruña». De todas las vicisitudes por las que ha atravesado la ribeirense, la más dura fue tener que dejar de vivir con sus pequeños, pero era la única solución posible. Esta madre no puede olvidar lo duro que fue para su chico mayor, de 12 años, tener que separarse: «Lo pasaron mal, entonces era muy difícil que entendieran que no pueden estar con su madre».

Hago la compra con 10 euros»

Ángeles Teira llegó a estar viviendo durante dos años con menos de 300 euros mensuales, y recuerda que había días en los que solo se tomaba un yogur para poder guardar algo para el pequeño. En la actualidad, la historia no ha cambiado mucho. «Hago la compra con 10 euros», explica sobre una cesta cuyo contenido se resume en arroz, patatas, leche, huevos y quizás «algún fiambre o una lata de conservas».

No obstante, los problemas para hacerse cargo de su domicilio no se resumen solo en el vacío de la nevera. Ángeles Teira ya cuenta con una moratoria sobre la hipoteca de su hogar y los sobres con facturas pendientes se acumulan sobre el recibidor. «No puedo pagar la luz, ni el agua y tengo varias notificaciones pendientes del catastro y una deuda con la comunidad de vecinos», explica, visiblemente afectada, de cantidades que en algunos casos rozan los mil euros y se arrastran desde hace ya varios años.

Ella no sabe como podrá cambiar su situación y ve las cosas bastante complicadas. «El mío no es el único caso», precisa la mujer, que destaca el apoyo recibido de algunas entidades sociales como Cáritas o asociaciones como Stop Desahucios, pasando por los Servizos Sociais de Ribeira. «Muchos casos están ocultos, pero conozco a una persona que vive con menos de 150 euros al mes», prosigue Teira.

Otros casos

Su historia encuentra reflejo en la de otros ribeirenses, como es la de Manuel Sobrido, residente en la parroquia de Olveira y también afectado por una discapacidad.

En su caso tuvo que llegar a los tribunales para que le devolviesen la única ayuda económica que percibía -también de menos de 400 euros- que el año pasado le habían retirado.