Pajarillo vuela con el Noia a la final

BARBANZA

MARCOS CREO

El meta local fue un muro durante los 90 minutos y se convirtió en decisivo desde los once metros, deteniendo los penaltis de Yahvé y Pablo Rubio

14 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

A pesar de que el Boiro ganó a los puntos, es el Noia el que jugará este miércoles la final de la Copa Diputación. Después de un derbi titánico, y que llevó a los dos equipos a esforzarse hasta la extenuación, fue Pajarillo quien puso el punto y final a la batalla. Sus manos, que mantuvieron con vida a los locales durante los 90 minutos, se agigantaron desde los once metros. Yahvé y Pablo Rubio se encontraron con el veterano guardameta, que salió a hombros del césped de San Lázaro.

El duelo, con los dos conjuntos todavía por perfilarse, arrancó con el balón como principal protagonista. Ni boiristas ni noieses quisieron rifarlo. Jon y Emilio lo mimaron para los locales, mientras que Taboada, Remeseiro y Pillado hacían lo propio para el bloque de Lemos. Tras unos minutos de tira y afloja, el Boiro se fue agrandando, mientras el Noia lanzaba balones en largo para sortear el peligro.

A pesar de que la pelota era visitante, fue Nando el primero en pisar área rival. Tras un balón al espacio, el punta puso el cuero atrás, obligando a la zaga boirista a sacarlo in extremis. Fue un espejismo, ya que el Boiro volvió a hacerse fuerte. Miki tuvo la más clara para poner el 0-1, pero Pajarillo sacó el disparo a bocajarro.

Dominio sin acierto

La falta de un nueve puro convirtió en fútil el dominio visitante. Pillado, Remeseiro y Taboada la tocaban, pero la pólvora se terminaba antes de perforar el área. Fue Nando, con un tiro de falta desde la frontal, quien pudo desequilibrar la balanza a favor de los locales, pero Miguel, con una buena parada, sacó un complicado balón que iba directo a la cepa del palo derecho.

Con un zapatazo de Remeseiro que sacó Pajarillo bajo palos, y un polémico tanto anulado a Hugo Sanmartín, los dos equipos enfilaron el camino a los vestuarios. En el descanso el guion cambio por completo. El Boiro perdió la iniciativa con el balón y el duelo, que dio el salto a la trinchera y a la disputa, se igualó.

Jon, inconmensurable durante los primeros 45 minutos, fue el primero en probar suerte, aunque Miguel evitó que el balón besase la red. El inicio de la segunda mitad fue el mejor momento del Noia, que rozó el 1-0 con dos jugadas de Nando. En una de ellas sacó un zurdazo que, cuando la grada empezaba a cantar el gol, obligó a una bella estirada del meta visitante.

La respuesta llegó de los pies de Javi Otero. El lateral boirista se llevó a su par, pisó área y lanzó un buen centro al segundo palo. El balón, que se envenenó tras tocar el césped, se marchó a centímetros de la red, mientras Pajarillo lo seguía con la vista. En el minuto 75 todo pudo cambiar. Herbert aprovechó una falta desde el flanco derecho para lanzar un zapatazo que escupió el palo.

Sin aire

A partir de ahí, los 22 futbolistas que seguían en pie se enrocaron en un fútbol tosco, impreciso, propio de una pretemporada en la que las piernas responden más tarde que el cerebro. Sin mayores noticias se llegó al final del tiempo reglamentario, momento en que se dio paso a la lotería de los penaltis.

Fue ahí cuando Pajarillo, imperial durante todo el choque, agigantó su figura. En el primer envite bloqueó el lanzamiento de Yahvé, demostrando que el Noia sí podía apear al conjunto vecino de la competición. El cancerbero se encargó de marcar su penalti antes de colocarse bajo palos para detener el de Rubio y enviar al club de San Lázaro a una final histórica.