El vandalismo pone en jaque el futuro de los molinos de Amendo

Álvaro Sevilla Gómez
Álvaro Sevilla RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

Marcos Creo

Los incidentes se acumulan, mientras los propietarios se hacen cargo del gasto de todos los destrozos

11 ago 2017 . Actualizado a las 08:13 h.

 Una puerta arrancada de cuajo y arrojada entre las zarzas, una cerradura destrozada, inservible, herramientas repartidas por el suelo en pedazos, maderas reventadas, útiles con décadas de historia despedazados. Esa es la imagen que presentan los molinos del río Amendo que, de ser una auténtica puerta al pasado de Carreira, se han convertido en un epicentro del vandalismo. Los gamberros regresaron esta semana y sus actos, lejos de pasar desapercibidos, ponen en jaque el futuro del enclave.

«Xa é a segunda vez neste verán que nos atopamos con esta situación», afirma Ánxeles González, dueña del molino que más daños sufrió en esta ocasión. Confiesa que, hace menos de un mes, ya entraron en la propiedad, destrozándole, al igual que esta última vez, ambas puertas. La aceña, que antaño visitaban excursiones de escolares, conserva la maquinaria que se utilizaba para moler el grano y elaborar el pan. Después de la última incursión, estas herramientas también acabaron destrozadas en el suelo.

«Atopámonos os mecanismos dos muíños arrancados. Xa levamos dous anos desta maneira», confiesa angustiada la propia González, que afirma que los botellones de grupos de adolescentes se repiten cada mes sin que nadie les ponga coto. «Non hai seguridade na zona. Para a semana reunireime cun dos técnicos do parque natural para buscarlle unha solución a este problema. Non podemos seguir así».

Gasto continuo

Las últimas reparaciones costaron unos 500 euros, que salieron del bolsillo de Ánxeles González. «Non sei canto será desta vez, pero xa temos unha nova porta encargada. Eu non podo asumir estes custos, como siga así pensarei en tapialo e deixalo sen uso».

En el lugar, se perciben a primera vista los daños que se fueron ocasionando a lo largo del tiempo. En el exterior de uno de los molinos, una superficie de madera está completamente reventada, al igual que una placa de granito, partida en decenas de pedazos. Tejas de la cubierta han sido arrancadas desde dentro a base de golpes, mientras que en el arroyo del río se pueden encontrar botellas, cajas y bolsas.

«Nós deixámosllo a quen nolo pide, sexa para unha churrascada ou para un acto dunha asociación. Está a disposición de todos e polo tanto alguén deberá facerse cargo destes gastos», apunta Ánxeles González, quien afirma que incluso llegaron a llevarse mobiliario del lugar, como un banco que se colocó para los vecinos que iban hasta el lugar a dar un paseo. La Policía Nacional, que ya estuvo miércoles en el lugar, trabaja para encontrar a los culpables de los hechos.