La limitación de la velocidad a 30 se extiende para reducir los accidentes

Ana Gerpe Varela
A. Gerpe RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

Concellos como Ribeira, Boiro y Noia ya han comenzado a implantar la medida

08 ago 2017 . Actualizado a las 05:05 h.

Evitar los atropellos, prevenir los accidentes circulatorios y favorecer que los transeúntes desbanquen en protagonismo a los vehículos en los cascos urbanos son algunas de las medidas que, de forma paulatina, se están aplicando en los municipios de la comarca. Por una parte, la peatonalización de calles va en aumento y, además, hay en marcha varios proyectos para ampliar los carriles bici y los paseos. A estos cambios en los entramados urbanos se está uniendo otro: la limitación de la velocidad a 30 kilómetros hora en vías especialmente sensibles.

Los primeros municipios en los que se ha impuesto la reducción son Ribeira, en el paseo de As Carolinas; Boiro, en el polígono de Espiñeira; y Noia, en la calle que confluye con la Corredoira de Luis Cadarso. Este tipo de medidas, anticipan los regidores, van a continuar extendiéndose. El noiés, Santiago Freire, señala que «a resposta foi satisfactoria, porque os coches ían moi rápido». En este municipio, manifiesta el alcalde, también se han introducido otras variaciones, como la instalación de badenes en Irmáns Labarta, Virxe de Loreto y en el acceso viario que conecta con la calle Corredoira.

Estudio de movilidad

El Concello de Noia elaborará un estudio de movilidad, pero Santiago Freire ya anticipa que «a intención é que tanto no casco histórico como nas zonas máis próximas se implante o límite a 30».

Precisamente, en la misma línea trabaja el sonense Luis Oujo, quien se refiere a un problema concreto que se registra en Portosín: «Na zona de O Mariño, a Administración autonómica non quere poñer un paso de peóns e a única alternativa é reducir a 30 a velocidade e poñer un semáforo». Explica que la decisión se justifica por las dificultades que tienen los peatones cuando quieren cruzar por este lugar y añade: «A maioría dos coches non respectan a velocidade».

Asimismo, el alcalde manifiesta que se harán gestiones para implantar una limitación similar en el casco urbano de la villa sonense, concretamente en el tramo que va desde la iglesia de Noal hasta el colegio Santa Irene.

El ribeirense Manuel Ruiz tiene claro que la preeminencia tiene que estar en los peatones y, por eso, explica que hay dos vías en el punto de mira para implantar una velocidad no superior a los 30 kilómetros por hora. Se trata de Rosalía de Castro y Mariño de Rivera. En ambos casos se trata de áreas en las que, además, se concentra un importante volumen establecimientos comerciales, lo que hace necesario adoptar este tipo de restricciones. El regidor precisa que, en cuando se reforme la avenida del Malecón, tampoco se permitirá superar los 30 kilómetros hora.

Ruiz no solo ha pensado en el casco urbano de la ciudad, sino también en alguna parroquia, como es el caso de la de Aguiño. Los viales elegidos son Castelao y Francisco Lorenzo Mariño.

En cuanto el ejecutivo de Nós Pobra, ya llevó a pleno en su día una propuesta, relativa a la regulación del uso de las calles peatonales, que incluía la limitación de la velocidad a 30 kilómetros hora. Sin embargo, por ahora no se ha hecho nada al respecto porque la iniciativa sobre las vías peatonales todavía no ha sido aprobada.

El alcalde, Xosé Lois Piñeiro, comentó que el ejecutivo hará un segundo intento y que espera que salga adelante. Tanto en el casco urbano como en la zona de A Ribeiriña es donde Piñeiro se muestra partidario de la limitación: «En todos aqueles puntos nos que exista risco para os peóns».

Policías locales indican que se minimizan los daños si se produce un percance viario

Algunos policías locales consultados manifiestan que la reducción del límite a 30 incrementa la seguridad de los viandantes y apuntan que pasar de 50 kilómetros por hora a 30 favorece que, en caso de accidente, los daños que puede sufrir un peatón sean menores: «Son 20 quilómetros menos e non cabe dúbida de que iso acaba notándose».

Sin embargo, otros agentes también inciden en el hecho de que es una limitación que debe aplicarse en su justa medida, ya que generalizarla resta fluidez al tráfico viario y, si hay un tránsito elevado, resulta difícil descongestionar las vías públicas.

Por otro lado, no todos los ciudadanos ven con buenos ojos este tipo de acciones y, en este sentido, el alcalde boirense, Juan José Dieste, explica que cuando se implantó en el polígono de Espiñeira «algunos cuestionaron la medida». De hecho, el mandatario manifiesta que la intención es extender esta restricción al entorno de algunos centros educativos para aumentar la seguridad.