Patrimonio amenazado por el tráfico

Marta Gómez Regenjo
Marta Gómez NOIA / LA VOZ

BARBANZA

ANTON PARADA

La comarca cuenta con algunos ejemplos de puentes de un importante valor patrimonial para los que se piden medidas de protección y mejora de la seguridad

01 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La riqueza patrimonial que atesora la comarca y que supone uno de sus atractivos turísticos adopta múltiples formas, y una de las que pasa más desapercibida, quizá porque son puntos que a menudo se visitan a bordo de un vehículo, son los antiguos viaductos que desde hace siglos vertebran las comunicaciones viarias de la zona. Los puentes de Traba, Pontenafonso o Ponte Olveira son los ejemplos más destacados de un patrimonio que se ve amenazado por el tráfico. De hecho, se han planteado iniciativas para limitar el paso de vehículos con un doble objetivo: proteger esas estructuras y mejorar la seguridad vial.

El caso más dramático de cómo el constante paso de coches puede afectar a un viaducto histórico se encuentra en el puente noiés de Traba, una estructura medieval -data del siglo XV- que tuvo que permanecer cerrada al tráfico durante varios años por el riesgo de que se viniese abajo. Se acometieron las obras necesarias para su restauración y consolidación y los vehículos vuelven a circular sobre él, aunque el flujo se redujo al establecerse un único sentido de paso y en Noia hay quien aboga por restringir definitivamente el acceso de turismos y limitar su uso a los peatones.

Sin salir de Noia, justo en la frontera del municipio con el de Outes, se encuentra otro ejemplo de viaducto de un gran valor patrimonial, el de Pontenafonso, para el que se piden medidas. El BNG presentó iniciativas en este sentido en ambos concellos, pero son los vecinos los que están detrás de la demanda de que se actúe en el puente cuanto antes para evitar males mayores.

Limitar el tráfico

La principal preocupación de los residentes en la zona es la seguridad, ya que, pese a la ampliación que se realizó en el siglo XIX, los cinco metros de ancho de la calzada no dejan un espacio seguro para los peatones y los turismos deben reducir la velocidad para pasar si se encuentran con otro en sentido contrario.

Uno de los problemas que se presentan es la excesiva velocidad que alcanzan algunos coches, pero hay otras cuestiones que afectan directamente a la estructura. «Antes de restaurar a ponte e facela peonil, o máis urxente sería limitar o paso de vehículos pesados porque o viaduto treme cada vez que pasa un», apuntó un vecino en el pleno en el que se trató el asunto y en el que toda la corporación coincidió en que es preciso que las distintas Administraciones se impliquen en tomar medidas que permitan reducir el tráfico en un puente que está catalogado por la Xunta de Galicia y cuenta con el mayor grado de protección.

Camino de Santiago

Otro antiguo viaducto fronterizo, que en este caso separa los municipios de Mazaricos y Dumbría, es el de Ponte Olveira. Paso obligado para los peregrinos que completan el Camino de Santiago hacia Fisterra es otro de los puntos en los que se buscan soluciones para minimizar el impacto del tráfico, elevado por tratarse de una carretera provincial.

Su aspecto actual proviene del siglo XVI, pero hay escritos datados en el XV en los que ya se cita este puente, y coincide con otros de la época en su estrechez, lo que lo convierte en una vía peligrosa para la que se buscan soluciones. En su momento se planteó un proyecto para construir una pasarela destinada a los peatones debido a la afluencia de peregrinos, pero Patrimonio rechazó la propuesta, por lo que desde el Concello de Mazaricos se aboga por que «Ponte Olveira volva ao seu estado orixinal e se use exclusivamente por viandantes e construír un novo viaduto para o tráfico rodado».

Estos son los casos más significativos, pero existen otros puentes de menor entidad pero con un importante interés etnográfico por los que también pasan coches como los de A Laxe y A Ermida, en el municipio rianxeiro.