Un equipo de arqueólogos descubre más de 60 yacimientos en A Curota

Antón Parada

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

De confirmarse las hipótesis iniciales, saldría a la luz una nueva ocupación en la zona, similar a la de Serra do Barbanza

20 may 2017 . Actualizado a las 16:38 h.

Los descubrimientos arqueológicos realizados en Serra do Barbanza a lo largo de los últimos años han supuesto un revulsivo histórico que podría desterrar el concepto que durante décadas ha dominado las definiciones de investigadores, que afirman que la ocupación de los grandes montes comarcales se relegaba a la función funeraria de una mera necrópolis. Un equipo de arqueólogos del Grupo de Estudos para a Prehistoria do Noroeste Ibérico (GEPN) de la Universidade de Santiago ha puesto ahora el foco en el monte de A Curota, donde han identificado más de 60 yacimientos arqueológicos de carácter poblacional, y podrían llegar a ser incluso más.

El equipo capitaneado por Carlos Rodríguez Rellán lleva trabajando desde el lunes en el yacimiento de Folgoso Vello, en la excavación de una estructura pétrea muy particular, de la que sospechan podría tratarse de una vivienda integrada en un muro de cierre perimetral, donde los antepasados guardarían cabezas de ganado. «Estamos nunha fase inicial, aínda non fomos capaces de extraer material diagnóstico para establecer unha cronoloxía pero, a priori, cremos que podemos estar ante un curro». Además, en el interior de dicho cercado, también se está actuando sobre otras subestructuras.

Uso estacional

La primera fase de las tareas se ha centrado en el desbroce de maleza y la retirada de la capa vegetal para dejar al descubierto la que se cree que podría ser la vivienda principal de los pastores y el muro, de unos tres metros de grosor, con un tamaño capaz de albergar a cerca de un centenar de animales. Otra de las suposiciones que se barajan es la de que esta zona tendría un uso estacional, para aprovechar el microclima húmedo durante las épocas más secas en los núcleos costeros o de baja altitud.

Esa última afirmación podría suponer un problema a la hora de enmarcar temporalmente este yacimiento, ya que no habría tantas posibilidades de encontrar restos arqueológicos intactos a causa de su ocupación intermitente. Por lo tanto, solo cabría esperar que apareciesen fragmentos de restos de cerámica o utensilios rotos abandonados a su suerte.

No obstante, todos los ojos están puestos en la actuación de la próxima semana, cuando se analizará el interior de la hipotética vivienda principal, protegida por el derrumbamiento de los muros, donde «temos a esperanza de atopar algunha estrutura de combustión para recoller mostras de carbón e envialas a Estados Unidos a datar», indica Rodríguez Rellán.

Es muy difícil no establecer paralelismos con las cabañas altomedievales halladas en Río Barbanza, a algo más de tres kilómetros de distancia de Folgoso Vello, cuya presencia de habitantes responde a tres períodos históricos distintos: final del Bronce (siglos VII a VIII a.?C.), Edad de Hierro (siglos I a.?C. a I d.?C.) y Medievo (siglos VIII a IX d.?C.). Si finalmente las hipótesis de Folgoso Vello concuerdan con la dinámica de la cronología en Serra do Barbanza, el hallazgo evidenciaría un tipo de ocupación que se creía inexistente hasta el momento en la zona.

Por otra parte, Carlos Rodríguez Rellán indicó que por ahora no está prevista la musealización de este yacimiento, ya que deben distribuir los recursos económicos disponibles en la realización de otras excavaciones.

«Queda bastante por delimitar antes de establecer parecidos»

Alia Vázquez Martínez, historiadora

Natural de A Guarda, Alia Vázquez Martínez se licenció en Historia del Arte y obtuvo el máster de Arqueoloxía e Ciencias da Antigüidade por la USC, universidad donde está realizando el doctorado en Prehistoria y con la que participa en las investigaciones arqueológicas de Folgoso Vello.

Vázquez conoce muy bien la comarca, puesto que ha intervenido en tres excavaciones anteriores en la sierra, concretamente en Chan de Cerqueiro y Río Barbanza, por lo que ya estaba familiarizada con las hipótesis sobre la ocupación humana de la sierra en el pasado.

«Queda bastante por delimitar antes de establecer parecidos», explicó la guardesa con cautela, en relación con los paralelismos cronológicos y funcionales de los yacimientos en los que había participado anteriormente. Sin embargo, Alia Vázquez reconoció que le sorprendió las dimensiones del perímetro y que «espero que en canto levantemos o derrube da vivenda poida aparecer material que nos axude a definir unha cronoloxía».

«As condicións son boas para atopar restos interesantes»

Lucía Anta Porto, estudiante de Restauración y Conservación

La viguesa Lucía Anta Porto representa el otro gran y necesario colectivo que participa en las investigaciones del monte de A Curota. Esta estudiante de la pontevedresa Escola Superior de Conservación e Restauración de Bens Públicos de Galicia, en la especialidad de Arqueoloxía, cursa el último año de dicha titulación y ha elegido la comarca para estrenarse sobre el terreno.

Por el momento, las primeras fases de la investigación no le han dado cancha para que se luzca en su ámbito, pero se muestra esperanzada de que aparezcan los primeros materiales pues «as condicións son boas para atopar restos interesantes».

Al respecto del potencial de Folgoso Vello para una futura musealización, Anta destacó que «todos os xacementos que se poidan contextualizar, ao haber varios e que poida existir unha continuidade, son moito máis atractivos que un que está so», a lo que se añade, además, el entorno paisajístico y el fácil acceso como otros factores que suman a su favor.