Dos máquinas de última generación mejorarán el servicio de radioterapia

BARBANZA

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El área sanitaria ha adquirido aceleradores lineales que aportan mayor rapidez y más precisión al tratamiento

11 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El área sanitaria de Santiago ha adquirido dos máquinas de última generación con las que se mejorará la radioterapia en el Clínico, hospital de referencia para los barbanzanos en este tipo de tratamiento oncológico. Se trata de dos nuevos aceleradores lineales, uno donado por la Fundación Amancio Ortega, que ya está operativo, y otro que está en pruebas y se espera que se ponga en funcionamiento en unos meses. Para el año se cuenta con incorporar un equipo más para renovar toda la flota de aceleradores del hospital compostelano.

El principal avance que reportan los nuevos equipos, de los más avanzados del mundo en tratamiento con radiaciones, es la precisión de sus movimientos. Estos se dirigen desde un único sistema de control guiado por imagen, lo que permite realizar una radioterapia «dun xeito máis rápido e seguro para o doente», destaca el jefe del servicio de Oncoloxía Radioterápica del área sanitaria, Antonio Gómez Caamaño.

Efectividad y velocidad

Las nuevas máquinas permiten administrar altas dosis de radiación protegiendo al máximo los tejidos y órganos sanos que rodean al tumor, pues los aceleradores giran alrededor del paciente de forma ininterrumpida y así consiguen ajustarse a la zona afectada por el cáncer, con lo que se aumenta la efectividad.

Además, el tiempo de tratamiento se reduce más de la mitad. Si antes las terapias duraban entre un mes y medio y dos, ahora solo dos o tres semanas. En algunas patologías, las sesiones de radioterapia de más de veinte minutos que tenían que soportar los pacientes serán con estos aceleradores de apenas seis minutos, lo que supone otra ventaja añadida, la de la seguridad, porque de este modo hay menos posibilidades de que el enfermo se mueva durante el tratamiento.

Solo el año pasado se trataron con radioterapia en Santiago 1.175 pacientes, de los que la mitad de ellos tenían cáncer de mama, de próstata, o con metástasis u otras patologías paliativas.