La honestidad impresa en papel de periódico

Javier Romero Doniz
JAVIER ROMERO RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

Este boirense ejemplifica que el talento, por pequeña que sea la plaza en la que se trabaja, no pasa desapercibido

16 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

En la prensa , como en botica, uno puede encontrar de todo si decide intimar con el oficio y conocer de cerca esas ollas a presión que son las redacciones. A grandes rasgos, y por sintetizar, lo que hay son periodistas y redactores, términos que la Real Academia Española diferencia de forma precisa y ecuánime. Xosé Hermida (Boiro, 1963) pertenece a la tribu, en extinción, de los primeros. Una etiqueta que se ganó hace años, que supo mantener ejerciendo la profesión con valentía y honestidad y que, ahora, los propios colegas de oficio le han reconocido con la concesión del Premio José Couso a la libertad de prensa.

Él, que desde hace dos meses ejerce de delegado de El País en Brasil, recibe las felicitaciones con humildad a la vez que devuelve los agradecimientos en un tono de voz que delata cierta vergüenza, como si en su cabeza existiese el convencimiento de que no ha hecho nada para merecerlo. Pero su discurso, basado en la prudencia y la experiencia, demuestra todo lo contrario. A mediada que la conversación avanza uno se da cuenta de que a este boirense, aunque estudió Filosofía, esto del periodismo, como suele decirse, lo lleva en la sangre.

El futuro

Su posición actual, ganada a pulso tras años de trabajo y un sinfín de reportajes dignos de mención especial, lo convierte en un interlocutor de lujo para analizar el devenir de la profesión. Para empezar, Hermida reconoce que cada vez tienen más peso las informaciones manufacturadas que van de una web a otra sin aportar elementos diferenciadores. Eso sí, cuando se le pregunta si considera que el periodismo de investigación está en peligro de extinción, la clarividencia de sus ideas se vuelve irrebatible.

«Cualquier información, a poco que esté trabajada, implica un trabajo de investigación, por eso siempre me he mostrado un poco reacio a esa etiqueta. Es cierto que con Internet todo ha cambiado, por eso hay que buscar fórmulas nuevas para captar audiencias. Pero el periodismo de verdad, aunque sea para hacer un pequeño suceso, si se hace con rigor, implica un trabajo de previo para conocer el tema, y eso, al fin y al cabo, es investigación. Lo que no quita que, a veces, me pregunte si estamos presenciando la muerte del periodismo tal y como lo conocimos», explicaba esta semana desde Sao Paulo, su nueva casa desde hace dos meses.

Antes lo fueron Santiago y Madrid, en donde también ejerció la profesión. Aunque si hablamos de hogar, y de Xosé Hermida, lo correcto sería apelar a la frase, tantas veces plagiada, de que «la verdadera patria del hombre es la infancia». Y para eso hay que subirse a la moviola y regresar al Boiro de hace cuarenta años que Hermida disfrutó de niño pegado a un balón de fútbol en el Camiño Vello y en el monte que lo rodea. «Para nosotros era un mundo, un universo a nuestro alcance. De eso te das cuenta ahora que eres mayor y ves de qué forma cambia la percepción del espacio. Fue una infancia muy feliz, sin apenas tráfico y con mucha, mucha libertad, con amistades que marcaron mi vida para siempre».

«Cerebro electrónico»

Su paso por el colegio no pasó desapercibido. Dicen los que compartieron aula con él que era conocido como el «cerebro electrónico», por sus buenas notas y su capacidad para memorizar todo lo que caía en sus manos. De sus inicios en la profesión recuerda, también en Boiro, la época convulsa que vivió la villa en lo político. Sus primera crónicas deportivas también fueron en Boiro, y concretamente en Barraña, campo que le resultaba de sobra conocido al haber jugado en las categorías inferiores del club. De hecho, Hermida no tarda en interesarse por la situación deportiva y social de la entidad (en su día se encargó de actualizar el marcador de Barraña) a la que evidencia tener tanto apego. «¿Crees qué descenderá?», pregunta antes de confesar él mismo: «La verdad es que sigo cada jornada de liga y estoy preocupado por su situación deportiva».

Lo que resulta evidente es que el discurso de Hermida supura ADN boirense por los cuatro costados. Tanto es así que explica con orgullo que, no hace tanto, se compró un piso pensando en el futuro: «Siempre pienso en volver allí, soy de Boiro, y aunque nunca sabes a dónde te llevará la vida, espero acabar mi vida en Boiro».