Sang-soo Hong desconcierta con su juego de las relaciones de pareja

Víctor rodríguez

BARBANZA

CEDIDA

Apreciada y vilipendiada por igual, obtuvo la Concha de Plata al mejor director en San Sebastián

14 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

2016 • Corea del Sur • Sang-soo Hong • Joo-hyuk Kim (Yeong-soo Kim), Yoo-young Lee (Min-jeong So), Hae-hyo Kwon (Jae-young Park) • Hay películas apreciadas y vilipendiadas a partes iguales. Lo tuyo y tú, de Sang-soo Hong, es una de ellas.

La injuria viene por la utilización excesiva del diálogo. En un arte en el que pocos autores hacen recaer el peso de la obra en las palabras, son muy pocos los casos en los que el resultado final recoge beneplácitos. Teniendo en nuestros días un ejemplo en Quentin Tarantino, sus resultados son muy variables dependiendo de la obra visualizada. El maestro en estos casos fue, es y será, Billy Wilder, donde en Con faldas y a lo loco (1959), El apartamento (1960) o Uno, dos, tres (1961) cada audio encaja en lo visual de manera brillante.

La consideración viene por tratarse del realizador que se atreve a llevarlo a cabo: un Sang-soo Hong que con La puerta de la vuelta (2002), Ahora sí, antes no (2015) o The day he arrives (2011) encabeza el actual cine surcoreano junto a Joon-ho Bong, Ki-duk Kim o Chan-wook Park.

Confusión

En Lo tuyo y tú, Hong continúa explorando las relaciones de pareja bajo la forma de misteriosa comedia dramática, poniendo en cuestión la autoridad del reino del conocimiento (basado en la certeza y las normas), contagiándolo de confusión e incertidumbre a través de una complicada estructura de temporalidad y fantasía: vecinos viviendo juntos en una pequeña y restringida comunidad constantemente emergente, donde todo el mundo cree conocer a Min-jeong So (Yoo-young Lee), ella misma se convierte una y otra vez en una desconocida después de que Yeong-soo Kim (Joo-hyuk Kim) discute y decide romper con ella.

Con el desconcierto que genera la identidad vivida de manera excepcional en Cría cuervos (Carlos Saura, 1976) y Ese oscuro objeto del deseo (Luis Buñuel, 1977), uno de los más creativos, sorprendentes y fascinantes directores del cine actual realiza una película -con largos planos fijos y muy pocas localizaciones- sobre la inseguridad y la obsesión. «Me gusta cómo la fantasía de esta pareja se mezcla con sus vidas y confunden a veces lo que desearían con lo que sucede, pero, ¿no es así también la vida y los recuerdos que tenemos de ello? Misterios de la vida», comenta el realizador.

Para unos, una de las mejores películas del año y el mejor trabajo de Sang-soo Hong (despedida entre fuertes aplausos y Concha de Plata al mejor director en el festival de San Sebastián) y, para otros, motivo de huida de la sala de cine. Tendrás que visualizarla para saber de qué parte estás.