Mejorar la accesibilidad en Ribeira, Boiro, O Son y Rianxo ronda los ocho millones

Ana Gerpe Varela
a. Gerpe RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

marcos creo

A los concellos que ya cuentan con planes de supresión de barreras se unirá este año Noia, que ya tiene varios proyectos en cartera

25 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Mejorar la accesibilidad de los espacios urbanos y eliminar barreras arquitectónicas para facilitar el tránsito peatonal, pensando no solo en quienes tienen problemas de visión o movilidad sino en la población en general, ya es algo imprescindible para cualquier concello. No se trata solo de una demanda que efectúan los propios ciudadanos, sino que se ha convertido en una exigencia de la Administración autonómica y estatal a la hora de conceder subvenciones para determinadas áreas. Turismo y política social, por ejemplo, son dos de los organismos que requieren de la existencia previa de planes de accesibilidad para muchas de las obras que financian. En la comarca, cuatro son los ayuntamientos que poseen estudios más o menos exhaustivos sobre las barreras que deben eliminarse en calles, edificios y espacios públicos. Las obras, de acometerse en su totalidad, implican inversiones por importe de ocho millones.

El informe más completo sobre accesibilidad es el ribeirense, por lo que también es el más exigente. Solo los cambios que propone en materia viaria en las nueve parroquias conlleva la realización de actuaciones por importe de 2,6 millones de euros, entre reformas de las calles, plazas y aperturas de nuevos viales para favorecer la movilidad. Las adecuaciones en inmuebles, tanto municipales como dependientes de otros organismos, rondan el millón de euros y hay otro millón más destinado a playas y adecuación de las fachadas marítimas.

Desde su aprobación, el Concello ya ha realizado numerosas actuaciones y tiene otras en previsión, aunque todavía queda un largo camino por recorrer.

Seis años de mejoras

Aunque el Ayuntamiento de Boiro llevará al próximo pleno la aprobación de su plan de accesibilidad, el regidor, Juan José Dieste, explica que en los últimos seis años ya se han realizado intervenciones por valor de un millón de euros y comenta que están pendientes de ejecutar trabajos por un importe similar.

Uno de los primeros concellos en disponer de un informe sobre la supresión de barreras fue el rianxeiro. Se elaboró siendo mandatario Pedro Piñeiro, con la colaboración de la ONCE. El regidor, Adolfo Muíños, explica que debe ser actualizado. Una de las prioridades del ejecutivo es la instalación de ascensores en la biblioteca, en el local del antiguo ISM, utilizado como edificio multiusos, y en el futuro centro social que se habilitará en las instalaciones del Liceo.

Por su parte, personal de Cogami, a través de Ambar, efectuó el informe sobre la situación de los cascos urbanos de Porto do Son y Portosín. Las intervenciones mínimas que se recomiendan implican un desembolso de 400.000 euros. Sin embargo, el mandatario, Luis Oujo, comenta que también se proponen actuaciones en las entradas al centro de salud, casa de cultura, casa consistorial y edificio de usos múltiples, con lo que la inversión superaría el millón de euros.

Consciente de las cortapisas que puede tener a la hora de solicitar ayudas públicas, el alcalde noiés, Santiago Freire, explica que en los próximos meses se encargará la redacción de un informe. A la espera de que el documento marque la hoja de ruta, el Concello ya tiene varios proyectos en marcha, uno afecta al lugar en el que se ubica el edificio de usos múltiples y, otro al entorno de la iglesia de San Martiño.

«Algo tan simple como son las aceras presentan muchas deficiencias»

De forma conjunta con Alba Rodiño, la terapeuta ocupacional de Ambar Lydia Parga se ocupa de la redacción de los planes de accesibilidad municipales y de asesorar a los ayuntamientos que lo solicitan. Explica que ambas cooperaron con la empresa que hizo el estudio en Ribeira, se encargaron del informe por el que se rige el gobierno sonense y han proporcionado ayuda a los concellos de A Pobra y Rianxo. Conoce bien la situación de la comarca y no duda en afirmar: «Queda mucho por hacer». Cuando se le pide que concrete aspectos, Lydia Parga suspira y manifiesta: «Algo tan simple como son las aceras presentan muchas deficiencias. La mayoría tienen bordillo y carecen de pendientes accesibles».

También explica que muchos de los rebajes que se realizan para la entrada a garajes son excesivos, porque el nivel de la acera se ve bruscamente reducido: «Deben adaptarse los coches al espacio, no las personas. Se hacen rampas que se convierten en escalones».

Los obstáculos

Asimismo, Parga se refiere a que muchos pasos peatonales carecen de elementos identificativos para que las personas invidentes sepan que han llegado a un cruce. Los obstáculos que aparecen en el camino son otro de los puntos débiles: «Hay postes o marquesinas en mitad de las zonas de paso».

La técnica comenta que «los ayuntamientos deberían tener ordenanzas de accesibilidad».