El peso de tradición, costumbres y religión en la juventud tunecina

víctor rodríguez

BARBANZA

cedida

Mohamed Ben Attia presenta su ópera prima auspiciada por la producción de los hermanos Dardenne

17 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

2016 • Túnez, Bélgica, Francia • Mohamed Ben Attia • Majd Mastoura (Hedi), Rym Ben Messaoud (Rym), Sabah Bouzouita (Baya), Hakim Boumessaoudi (Ahmed), Omnia Ben Ghali (Khedija) • Por tercera vez en casi diez meses de sección, en un febrero falto de estrenos, la cartelera se quedó la semana pasada sin películas que destacar. Siempre hablando en términos de criterio personal, claro. La falta de obligación de publicación de la sección es una muestra del sello de calidad que se le otorga a las obras seleccionadas.

Dentro de los muchos indicios que nos pueden guiar a buen fin a la hora de decantarnos por invertir nuestro tiempo y dinero en el desplazamiento, la espera, y el gasto que supone entrar a visionar una película en una sala de cine, además de los ya mencionados premios otorgados al filme, los festivales cinematográficos que ha recorrido, y la valoración de la crítica y la gente que ha visto la obra, está, como no podía ser de otra manera, la gente implicada en la realización de la misma.

Cuando el director nos presenta su ópera prima como sucede en esta ocasión, el hecho de estar producida por los hermanos Dardenne, por dos veces receptores de la Palma de Oro en el festival de Cannes con Rosetta (1999) y El niño (2005), siendo junto a Michael Haneke y Ki-duk Kim unos de los realizadores más destacados del siglo XXI, hace la obra digna de atención.

Palabra clave

Mejor Ópera Prima y Oso de Plata al Mejor Actor (Mastoura) en el festival de Berlín, Hedi, en palabras de su director, «significa calma, serenidad. El nombre se impuso como título de la película porque no solo define al personaje principal, sino también a la situación en la que se encuentra cuando comienza la historia. Hedi es la calma antes de la tormenta».

Hedi muestra el peso de la tradición aplastada por las costumbres y la religión a través de un chico sencillo que no espera demasiado de una vida que ya tiene trazada y que, indiferente ante todo lo que le rodea, acepta las cosas como se le presentan.

En un entorno donde las diferencias no son bienvenidas, Hedi (Majd Mastoura) conoce a Rym (Rym Ben Messaoud) y descubre otra forma de ver la vida. Se sentirá atraído por su despreocupación y libertad, antes de su inminente boda con Khedija (Omnia Ben Ghali).

Mohamed Ben Attia sentencia que “la película es ante todo una valoración de la juventud tunecina después de la revolución, la caída de Ben Ali y lo que el mundo llamó «la primavera árabe». Jóvenes que intentan encontrar un camino, que a veces consiguen ir hacia adelante y otras solo pueden ir hacia atrás.