Una de las características del sector creativo barbanzano es que no existen grandes empresas, y quienes se abren paso en este ámbito a menudo lo hacen en solitario. Es el caso de la noiesa María Creo. Estudió artes escénicas, pero, más que subirse a las tablas, su vocación siempre fue la docencia, y a eso es a lo que se dedica, a impartir clases de teatro creativo, aunque no sea fácil salir adelante: «Durante años, fui contable por las mañanas y actriz por las tardes».
Eso es agua pasada, y ahora María está metida de lleno en su proyecto Yo Creo Teatro e imparte talleres, que no solo están dirigidos a actores: «Son cursos de expresión creativa. Se trata de crear espacios creativos a través de las artes escénicas, y ese es un trabajo de crecimiento personal que luego se puede aplicar a muchos ámbitos». Siempre tuvo claro que su vocación era la docencia, por muchas razones: «Hay gente con la que trabajo desde hace años... Son personas que están ahí y eso es lo que me gusta de mi trabajo. Siempre estás aprendiendo de los alumnos que pasan por los cursos».
En cuanto al apartado económico, reconoce que no es fácil, que hay que moverse mucho para reunir alumnos que acudan a los talleres que organiza, y que eso de yo me lo guiso, yo me lo como, es impepinable: «He tenido que aprender a editar vídeos y fotos para la cartelería, a hacer la página web, a llevar las redes sociales...».