Palmeira, una tierra de médicos con mucha historia detrás

Patricia Calveiro Iglesias
P. Calveiro RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

Los facultativos de la zona estrecharon lazos en un encuentro que pretende ser el primero de muchos

19 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El primer «cirurxián sangrador» del que se tiene noticia en Palmeira se llamaba Francisco Lancoso. Era de San Mamede de Sarandón (Vedra) y acabó casándose en 1684 con una palmeirense. El matrimonio también llevó al mismo puerto años después a Vicente Martínez Esquina (1828-1905), oriundo de Alarcón, el cual ejerció allí desde los años sesenta. Consta también, a comienzos del siglo XX otro médico, Paulino Santos, con raíces en A Pobra.

Palmeira ha sido una tierra de médicos con mucha historia detrás, un pasado por el que se interesó José Antonio Alcalde Gago, facultativo palmeirense que trabaja en el servicio de urgencias del Álvaro Cunqueiro en Vigo. Acudió para ello a José Álvarez Castrelo, historiador de la misma parroquia ribeirense y «el que más sabe de su historia», destacaba Alcalde, quien quería conocer hasta dónde llegaban las raíces de una profesión representada actualmente por 32 médicos.

Un reto casi imposible

La mayoría ejerce fuera y es por eso que José Antonio Alcalde decidió hacer un encuentro para estrechar lazos. Consiguió reunir en una comida celebrada el mes pasado en un restaurante palmeirense a cerca de una veintena tras muchas pesquisas para conocer en dónde se encontraban sus colegas, intentando cuadrar fechas en el calendario para reunirlos a todos. Aunque era una tarea casi imposible, ya que alguno ejerce en Estados Unidos, se fue nombrando a los que faltaron por diversos motivos, bien fuera por una guardia, por otros compromisos o por que no llegaron a ser localizados.

Y es que la profesión ha llegado lejos. Tanto, que el más veterano de los médicos palmeirenses tiene ahora 88 años, Fernando Montoto, un cirujano que acabó en Estados Unidos y, según cuenta la leyenda entre sus colegas, llegó a participar y operar en el desembarco de Pearl Harbor, aunque haciendo cuentas entonces tendría solo 13 o 14 años.

«Casi podíamos montar un hospital en Palmeira», bromeaban entre ellos en la primera reunión, en la que muchos se veían las caras por primera vez. Acudieron profesionales del CHUS y la consellería de Santiago, del Concepción Arenal, del centro de salud de Vedra, de Mazaricos y A Pobra, del hospital de Barbanza y del Chuvi. Entre ellos había facultativos de urgencias, de medicina preventiva, atención primaria, investigadores de genética y oncología, dentistas estomatólogos y empleados en mutuas.

Y la historia de la medicina palmeirense no acaba con esta última hornada de profesionales sanitarios, destacaban. Quedan capítulos por escribir porque la más joven de la saga palmeirense está preparando actualmente el MIR.