Un exotismo que amenaza la biodiversidad

Ana Gerpe Varela
A. Gerpe RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

El parque Illas Atlánticas, la laguna de Louro, el complejo dunar de Corrubedo y el monte Pindo figuran entre los espacios protegidos más afectados por especies invasoras

11 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Un parásito, la marteilia, acabó hace cuatro años con los bancos de berberecho de la ría de Arousa, que continúa con esta especie prácticamente desaparecida. Este protozoo ya estaba presente en las aguas arousanas y algunos especialistas creen que una mutación pudo provocar que acabase con el bivalvo. Este hecho constituye un ejemplo de lo dañinas que son para los ecosistemas las especies invasoras. Esta cuestión está de plena actualidad esta semana, ya que en México concluye hoy la cumbre mundial sobre la biodiversidad. Aunque la mayoría pasan desapercibidas porque llevan muchos años introducidas y forman parte de organismos -plantas, vertebrados o invertebrados- que se encuentran a diario, lo cierto es que en la comarca hay una gran abundancia de ejemplares exóticos nocivos.

Estudios elaborados por la Consellería de Medio Ambiente señalan el parque Illas Atlánticas, al que pertenece Sálvora, junto con el monte y la laguna de Louro, como espacios muy afectados, al tiempo que indican que el monte Pindo y el complejo dunar de Corrubedo son lugares con una incidencia elevada. En el caso de este último se han documentado quince plantas, así como tres elementos faunísticos nocivos: el visón americano, que también está en Sálvora, la tortuga de florida y el cangrejo rojo.

Plantas vasculares

En la laguna de Louro, los estudios realizados sobre flora exótica permiten determinar la existencia de, al menos, veinte plantas vasculares invasoras, mientras que en el Olimpo Celta se han detectado unas catorce.

Las invasiones biológicas constituyen una de las mayores amenazas para la biodiversidad. No solo eso, sino que algunas especies de plantas poseen características que pueden ocasionar reacciones alérgicas en humanos. Una importante vía de introducción son las actividades de jardinería o el mercado de mascotas exóticas, aunque también el agua de lastre de los barcos.

Algunos de los ejemplares presentes en la comarca son un factor de riesgo en caso de incendio por la gran biomasa que producen y otras, como el plumero de la Pampa, cada vez más extendido, se reproducen de forma vigorosa tras los incendios.

Medio Ambiente acaba de editar un tríptico en el que se advierte sobre esta planta alóctona y explica como erradicarla. El ingeniero forestal Jacobo Feijoo señala que es un problema porque «impide el crecimiento de cualquier árbol productivo».

La eliminación de la uña de gato en Sálvora permitió recuperar plantas autóctonas

En espacios protegidos como Sálvora o el parque de Corrubedo se llevan a cabo de forma sistemática campañas de erradicación de especies invasoras que comienzan a dar resultados. En el caso de Sálvora, la eliminación de la uña de gato en la playa permitió la recuperación de una especie autóctona como la denominada «herba de namorar».

Asimismo, la supresión del visón americano hace posible la supervivencia de ejemplares como el sapillo pintojo o el cormorán moñudo, ya que este mamífero mata aves y es un depredador de anfibios. En Sálvora se ha conseguido su erradicación, aunque es cierto que se mantiene una vigilancia extrema. Por lo que respecta al parque natural de Corrubedo, también se están desarrollando actuaciones para lograr la desaparición de un ejemplar que resulta muy nocivo.

Una lapa introducida con la importación de ostra amenaza el bivalvo de las rías de Arousa y Muros-Noia

El medio marino también se ve amenazado por numerosas especies foráneas. Una de las que trae de cabeza a los mariscadores de las rías de Arousa y Muros-Noia es la Crepidula fornicata. Su introducción se produjo con la importación de ostra americana y fue detectada por primera vez en la ría arousana en la década de los ochenta.

La bióloga de la cofradía noiesa, Liliana Solís, indica que coloniza todo tipo de bivalvos y, en el caso de Noia, se mantienen especialmente alerta porque puede suponer la desaparición del único banco autóctono de ostra que queda en Galicia.

La profesional también subraya el peligro que suponen los murícidos: «Son depredadores claros de los bivalvos». Por este motivo, el pósito dedica los cinco meses en los que no hay campaña marisquera a retirar de los arenales las especies invasoras. Entre ellas también figura un tipo de alga, cuyo nombre científico es Sargassum muticum.

Liliana Solís comenta que provoca la desaparición de las algas conocidas como espagueti de mar, que se utilizan con fines culinarios y medicinales por su alto contenido en calcio. En el caso de la ría de Noia, el Sargassum muticum aparece desde la zona de O Freixo.