Las playas de Boiro vuelven a ser las de mayor incidencia de furtivismo en Galicia

Javier Romero Doniz
JAVIER ROMERO RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

La Policía Autonómica no logra frenar la presencia de mariscadores ilegales a pesar de doblar los dispositivos

29 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay dos formas de medir la actividad de los furtivos en los polémicos arenales de Cabo de Cruz y de otros puntos del municipio. Una, más fría, se basa en el número de denuncias tramitadas por la Policía Autonómica. La otra, apuntalada en la experiencia de los productores, se apoya en el conocimiento de causa que tiene la cofradía crucense, a través de sus muchos asociados o guardapescas. La realidad del 2016, atendiendo a cualquiera de estos termómetros, es que Boiro, por cuarto año consecutivo, es el municipio gallego que más sufre esta práctica ilegal, y que, a la vez, más problemas colaterales padece por los continuos enfrentamientos entre furtivos y profesionales del mar.

Las cifras hablan por sí solas desde el 2013, cuando Boiro pasó a ocupar el primer puesto de este ránking para no soltarlo. La realidad es que en el 2016, y para intentar frenar la compleja realidad, la Policía Autonómica -que tiene la competencia sobre el furtivismo en Galicia- ha duplicado el número de dispositivos, principalmente en las concesiones del pósito crucense, aunque también en otros puntos del municipio o ayuntamientos próximos, como A Pobra y Rianxo, en los que también es práctica habitual el saqueo de las playas por estos individuos.

Las fuentes consultadas en la Policía Autonómica explican que erradicar el marisqueo ilegal en los arenales de Cabo implicaría la presencia de varias patrullas todos los días de la semana las 24 horas, algo que este cuerpo de seguridad no puede hacer al tener que atender otras zonas de Galicia que adolecen de la misma lacra, como son, principalmente, Ferrol o Carril.

80% del total

La realidad, atendiendo a las cifras de los once meses transcurridos del 2016, es que la Policía Autonómica ha cursado, hasta el día de ayer, 3.021 expedientes contra mariscadores ilegales en Galicia. De esa cifra, y según las mismas fuentes, le corresponden al término de Boiro el 80%, por lo que, al igual que ocurrió entre el 2013 y el 2015, este municipio sigue siendo en el que más se persigue la actividad furtiva. Una situación similar se dio en el 2015, cuando de las 2.789 denuncias cursadas, el 80% se tramitaron en arenales boirenses.

El 2016 también ha sido un año especialmente activo en el apartado judicial, ya que muchas de las denuncias por agresiones presentadas por mariscadores o guardapescas contra furtivos empezaron a tener resoluciones en forma de sentencias que en todos los casos han sido favorables a las víctimas y acarrean órdenes de alejamiento que impiden a los denunciados pisar las playas durante meses.

La reforma del Código Penal sigue sin dar soluciones

La última reforma del Código Penal, en lo referido a furtivismo, no ha dado los frutos que se esperaban. La nueva ley indica que los mariscadores ilegales, de ser reincidentes y en función del bivalvo que les sea requisado, serán juzgados por un delito, algo que no está pasando por la ambigüedad del texto, que no delimita en qué momento puede considerarse delito o sanción administrativa, lo que tampoco ayuda a la Policía Autonómica en su trabajo.

Susana Silva Vicepatrona de Cabo de Cruz: «Estamos superados; peor que nunca»

Da igual el interlocutor, o su posición dentro del pósito de Cabo. Todas las personas consultadas aseguran que la situación con los furtivos está descontrolada. La profesional que ejerce de portavoz es la vicepatrona, Susana Silva, una mujer tan concienciada como activa a la hora de plantar cara a estos individuos. Ella, con pocas palabras, lo resume así: «Estamos superados; peor que nunca». Silva añade que a día de hoy resulta imposible calcular la cantidad de marisco que saquean a diario: «Barraña, Mañóns y O Chazo aparecen rastrilladas todos los días, da igual que la almeja sea grande o cría, ellos se llevan todo lo que pueden. Estas son las playas más afectadas, aunque también van a otras».

Susana Silva habla en representación de todos los asociados cuando explica que «a los furtivos de siempre, los que ya tenemos más que vigilados, hay que añadir grupos de fuera que vienen en coches. De Noia sabemos que hay varios, pero también de otros términos de la comarca. La Policía Autonómica hace todo lo que puede y viene siempre que la llamamos, igual que la Guardia Civil, que nos ayuda cada vez que la necesitamos. Pero ni así, el problema es que hasta no hace mucho aún podíamos calcular aproximadamente los kilos que se llevaban, pero ahora es imposible y esta situación no puede prolongarse demasiado tiempo», advierte la dirigente.