La toxina supone pérdidas de unos 3,6 millones a la economía noiesa

J.?M. Jamardo / M. Gómez NOIA / LA VOZ

BARBANZA

matalobos

El cese de la actividad marisquera hace que se resienta, sobre todo, el comercio

25 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Tres semanas es un período de tiempo que puede parecer corto, pero para los mariscadores de Noia, que permanecen parados por la presencia de la toxina en aguas de la ría, es todo un mundo. Y no solo para ellos, para toda la comarca. De la actividad extractiva dependen unas 1.500 familias, así que, si las cosas van mal en el mar, se nota, y mucho, fuera del agua. El sector primario genera una riqueza de unos treinta millones de euros anuales, y las pérdidas derivadas de la marea roja suponen ya cerca del 10% del total. Los 2,2 millones de euros que han dejado de ingresar desde el inicio de la campaña los productores tienen una clara repercusión en el conjunto de la economía, principalmente en otro motor de la zona, el sector servicios, donde las pérdidas estimadas rondan los 1,4 millones. En total, el quebranto económico asciende a 3,6 millones.

La cifra es aproximada ya que, pese a reconocer que en Noia y su comarca «todo gira en torno a la actividad marisquera», ni la patronal ni los propios comerciantes se atreven a cuantificar el desajuste que provoca una mala campaña como la que se está viviendo este año a causa de la toxina. Pero las cifras macroeconómicas pueden ayudar a realizar el cálculo. Según los últimos datos publicados por el Instituto Galego de Estatística (IGE), comercio, hostelería y transporte generan en el área de influencia de Noia una riqueza anual de más de 71 millones de euros, lo que supone un volumen de negocio diario de unos 190.000 euros. Si se multiplica esa cifra por las tres semanas de cierre de los bancos marisqueros y se tiene en cuenta que los ingresos aportados por el sector primario suponen alrededor del 40 %, da como resultado unas pérdidas estimadas de 1,4 millones.

Preocupación en la patronal

Esta situación agranda, más si cabe, el impacto de la marea roja en la zona teniendo en cuenta que la alternativa laboral al marisqueo se encuentra, precisamente, en hostelería y comercio. Desde este último ramo de actividad, distintos profesionales comentaban que es evidente que el parón en la extracción del berberecho se hace notar, sobre todo en aquellas tiendas que no se dedican a la venta de productos de primera necesidad.

Por su parte, el presidente de la patronal, Francisco Pérez, aseguró que la incidencia de una mala actividad marisquera es «salvaje» y añadía que la situación que se está viviendo es un motivo de preocupación para los socios y para la propia entidad: «Cuando sale mal la campaña la gente se echa a temblar».

Pero la situación es más dramática entre el colectivo de productores. Y es que alguno de ellos afirma que «este mes non gañamos nin para pagar o seguro», es el caso de Carmen Castro, que se jubilará en febrero pero que «este mes teño que coller cartos da pensión do meu home».

La presidenta del colectivo de a pie, Dominica Fernández, señala que esta situación es un contratiempo «moi grande para moitos e en especial para os que non teñen outros ingresos e están a pasalo mal economicamente». La representante del colectivo destaca que «este ano pode ser moi duro para nós».

El mariscador Benito Martínez afirma que la toxina está arruinando la campaña pues «o marisco vai para a conserva agora e despois vale menos». También critica a los dirigentes de la entidad al considerar que la campaña debió comenzar septiembre.