Más de dos millones gastados en puntos limpios no logran frenar los vertederos

Marta Gómez Regenjo
Marta Gómez NOIA / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

Por las instalaciones para la retirada selectiva de residuos pasan al año 1.500 toneladas

12 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Un informe publicado por la Xunta la semana pasada cifraba en el 88% el porcentaje de población que tiene acceso a un punto limpio en Galicia. Esa proporción se supera en la comarca, donde existe una instalación de este tipo en todos los ayuntamientos, salvo en Lousame, un despliegue de medios que ha llevado aparejada una inversión de más de dos millones de euros desde la puesta en marcha del primer recinto activo en la zona, el de Boiro. Sin embargo, todo este esfuerzo no ha logrado cumplir uno de los objetivos con los que nacieron los puntos limpios: erradicar los vertederos incontrolados.

El principal problema está en el depósito de enseres y, aunque hay alcaldes que indican que en los últimos tiempos parece detectarse una mejoría, la situación está lejos de resolverse. Y ello a pesar de las iniciativas promovidas desde los gobiernos locales para incentivar el uso de las instalaciones construidas específicamente para deshacerse de aquellos restos que no pueden tirarse a los contenedores de la basura. Las campañas de promoción para el uso de estos recintos han sido una constante en distintos ayuntamientos en los últimos años -el Concello de Muros ha sido el último en lanzar un mensaje de este tipo, este mismo verano-, pero también se han adoptado otras medidas.

Este es el caso de Porto do Son, donde incluso se pone a disposición de los vecinos un servicio gratuito de recogida a domicilio de aparatos eléctricos y electrónicos y sacos de escombros de hasta cien kilos capacidad; solo hay que llamar previamente a un número de teléfono. Tres cuartos de lo mismo pasa con la recogida de muebles y otros enseres por parte de Serra do Barbanza. Y, a pesar de ello, «é un desastre, todas as semanas temos que pasar a recoller mobles que a xente deixa onda os colectores do lixo», explica el alcalde sonense, Luis Oujo. También se siguen dando los vertederos en el monte, aunque en este caso destaca que el incremento de la vigilancia por parte del Seprona y la Policía Autonómica ha logrado reducirlos por el temor a las fuertes sanciones previstas en la ley.

De multas también hablaba el rianxeiro Adolfo Muíños, que comentaba que el castigo económico suele ser la mejor fórmula para combatir estas prácticas, aunque en la mayoría de los casos resulta muy complicado identificar al autor del depósito de muebles o escombro en espacios no habilitados para ello.

Ampliación del horario

Como medida para tratar de incentivar el uso del punto limpio, el Concello de Rianxo ha ampliado el horario de atención al público y ahora abre de lunes a sábado en horario de mañana y tarde: «Coido que hai marxe dabondo para que os veciños poidan acudir a estas instalacións».

Por su parte, en Boiro, que fue el primer municipio de la zona en contar con punto limpio, no se usa todo lo deseable. No en vano, hace unos meses el Concello retiró una veintena de vertederos incontrolados en todo el término y actualmente hay otros cinco pendientes de eliminación.

Con todo, por los recintos públicos para el depósito de muebles, aceites, restos de jardinería, escombros y un largo etcétera de residuos pasa cada año un volumen considerable de material. Según los datos aportados por ayuntamientos y empresas encargadas de la gestión de los puntos limpios barbanzanos, se reciben alrededor de 1.500 toneladas anuales.

Las fuentes consultadas también indican que en general -Ribeira, por ejemplo, es una excepción- estas instalaciones están por debajo de su capacidad máxima. Mientras tanto, junto a isletas de contenedores y en parajes naturales siguen acumulándose desperdicios.