Los concellos siguen pagando el peaje de la burbuja inmobiliaria

Marta Gómez Regenjo
Marta Gómez RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

Carmela Queijeiro

Las arcas públicas deben hacer frente a cuantiosas devoluciones de licencias sin ejecutar

16 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Además de para el sector de la construcción, la crisis inmobiliaria fue un duro varapalo para los concellos, que durante los años del bum vieron como en sus arcas entraban grandes ingresos derivados del ICIO -el impuesto de construcciones- por la cantidad de licencias que se concedían para nuevos inmuebles. Con el estallido de la burbuja, los ayuntamiento no solo tuvieron que ajustar sus cuentas a la merma de los beneficios que reportaban los grandes bloques de pisos, sino que en los años sucesivos se encontraron con que debían hacer frente a la devolución de licencias solicitadas en su día para proyectos que no llegaron a ejecutarse. Las entidades locales barbanzanas siguen pagando ese peaje con cuantías que, en algunos casos, todavía son elevadas.

Así como en su momento fueron los que más se beneficiaron del aumento de ingresos por el ICIO, los concellos en los que más se notó el bum urbanístico son también los que más consecuencias arrastran de aquel frenesí constructivo. Quizá la excepción sea Porto do Son, donde se solicitaron numerosas licencias cuando la burbuja estaba en pleno apogeo y que, aunque también tuvo que hacer frente a devoluciones, las cantidades que está pagando no son desorbitadas. De hecho, el año pasado se abonaron alrededor de 30.000 euros por este concepto, mientras que en los meses transcurridos de este se ha procedido al pago de apenas 4.380 euros.

La cuantía es mucho más elevada en los ayuntamientos de mayor tamaño. Con el ejercicio 2016 todavía sin cerrar, los alcaldes tienen fresco el dato del año pasado porque estos días están dando carpetazo a las cuentas generales del 2015 para su envío al ministerio dentro del plazo legal. De hecho, en Ribeira el asunto se trató esta misma semana en un pleno en el que se puso sobre la mesa esta realidad.

Saldo negativo

El Concello había previsto en sus presupuestos unos ingresos por impuestos indirectos de unos 200.000 euros, sin embargo, el resultado a final de año en este apartado fue negativo debido a las devoluciones del ICIO. De las arcas municipales salieron más de 419.000 euros para el reintegro de licencias solicitadas en su momento para obras que no se hicieron.

La previsión de ingresos para este año es similar y el alcalde, Manuel Ruiz Rivas, ya adelantó que «parece que a cousa vai mellor e esperamos que se cumpra».

En unas cifras semejantes se mueve el Concello de Boiro, donde en el 2011 el gobierno local se topó con reclamaciones de devolución por un importe próximo a los 700.000 euros. Buena parte de esa cantidad se ha abonado ya, la mayoría en los tres últimos años. En el 2015, la cifra pagada ascendió a unos 202.000 euros, un importe ligeramente inferior al que, según indicó el regidor boirense, se ha satisfecho en lo que va de este ejercicio.

En cuanto a otros concellos del área barbanzana, la situación está más o menos normalizada y los importes que se reclaman por el ICIO son más bajos.

No solo de la crisis

También registran solicitudes promotores que cambiaron de parecer, pero no están relacionadas necesariamente con la crisis ya que algunas de las licencias se concedieron tras el estallido de la burbuja. Esta situación se da, por ejemplo, en Rianxo, donde el alcalde explicaba: «Si teñen demandado a devolución persoas que desisten de facer unha obra, pero non é algo masivo».

Por su parte, el mandatario de Carnota señaló que de los tiempos de bonanza quedó pendiente de ejecución un bloque de apartamentos por el que, según la liquidación del año pasado, pagaron alrededor de 4.000 euros.