La mujer que apareció muerta junto a su pareja en Xuño tenía signos de violencia

Javier Romero Doniz
JAVIER ROMERO RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

La autopsia revela también que esta sonense pudo ser víctima de una agresión machista

08 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Rosa Rego y su pareja, Pedro Pena, fueron encontrados muertos el pasado mes de febrero en la casa que esta sonense tenía en Xuño. La primera hipótesis apuntaba a un posible caso de doble suicidio, aunque nunca llegó a descartarse que pudiera haber otro móvil más turbio en lo que se refiere a la dueña de la vivienda. Eso sí, en el seno de la investigación se indicó siempre que resultaba necesario conocer los resultados de la autopsia para dejar a un lado las conjeturas y hablar de hechos concretos. Ahora, ocho meses después, el informe emitido por el Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga) revela que el cuerpo de Rosa Rego presentaba signos de violencia cuando fue localizado en el jardín de su vivienda bajo una ventana de la planta alta que estaba abierta cuando llegó la Guardia Civil.

«Con posterioridad a la agresión ocurrió la precipitación», se asegura en el informe aludiendo al hecho de que la difunta pudo tirarse, o fue empujada, desde la citada ventana. El mismo escrito apunta que «no puede aclararse si la víctima se arrojó de forma voluntaria o forzada». Lo que sí dice el documento del Imelga es que no se encontraron signos en la vivienda que evidenciasen que Rosa Rego hubiese ofrecido resistencia. Lo que también refleja esta prueba pericial, como dato relevante, es que «los agentes que encontraron el cuerpo indicaron que la habitación desde la que se produjo la precipitación se encontraba cerrada con llave, encontrándose esta en el bolsillo del conviviente».

El apartado final del informe recoge que, en lo referido a Rosa Rego, «se trata de una muerte violenta en el contexto de una agresión por una tercera persona, infiriéndose de los datos del levantamiento una probable violencia de género». En lo relativo al otro difunto, Pedro Pena, todavía no ha trascendido su autopsia, aunque todo apunta a que se suicidó posteriormente.

Posibilidades

La tesis policial sobre lo ocurrido aquel día de febrero sitúa a Pedro Pena como una persona que pudo agredir a su pareja (hubo denuncias por parte de ella por delitos de violencia machista contra él) durante una temporada sin determinar. Fruto de esa relación tormentosa ella decidió quitarse la vida escapando de él para evitar una nueva agresión o que, directamente, se lanzase al vacío de forma voluntaria para poner fin a todo.