¡Qué ganas teníamos de votar!

BARBANZA

20 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

¡Estamos en campaña electoral! Pues, la verdad, no parece. Si no fuese por la televisión o los medios de comunicación, la mayoría de los barbanzanos no nos enteraríamos. Es como si a los políticos les diese vergüenza salir a la calle. Y es que pedir el voto otra vez es como tener a la puerta de casa a ese vendedor pesado que insiste de forma machacona intentando endosarnos algo que no nos interesa.

Nuestros representantes en esas instancias en las que se deciden cuestiones como la sanidad o la educación continúan mareando la perdiz con la intención de que sigamos manteniendo la fe en ellos. Pero el espectáculo que están dando es bochornoso. Son incapaces de estar de acuerdo para poner en marcha un gobierno que vele por los intereses de los españoles. Llevamos así muchos meses, y mientras tanto, elecciones al canto. Son las terceras en diez meses y aún puede ser peor, aunque en esta ocasión sea para renovar el Parlamento gallego.

Los españoles teníamos ganas de que llegase la democracia para ser nosotros los que eligiésemos a nuestros representantes. Pero todo cansa. Ya está bien. Ni tanto ni tampoco.

Hace años, las paredes de los municipios de la comarca estaban empapeladas con la cara de los aspirantes. Quien no se acuerda de Beiras, Fraga, Barreiro o Camilo Nogueira. Pancartas atravesando las carreteras y los coches con altavoces y machaconas canciones recordándonos a quién teníamos que votar porque era lo mejor para los gallegos.

Los regalos eran un reclamo y era fácil conseguir puñados de caramelos, bolígrafos o mecheros con tal de ayudar a inclinar la balanza para esa formación política.

Y los mítines. No había taberna o centro parroquial que no acogiese algún que otro acto político. Incluso servicios de autobuses cuando se anunciaba la presencia de algún pez gordo en la provincia.

El contacto con el elector era como un cuerpo a cuerpo. Los políticos pateaban cada lugar y cada edificio en busca del voto. Esta situación incluso te daba la oportunidad de cantarle las cuarenta y exponerle tu punto de vista.

Esos eran otros tiempos. Ahora ya ni asoman la cabeza. Como mucho un acto principal y poco más. Tendrán miedo a enfrentarse a esos que los ponen ahí durante cuatro años y lo único que les interesa es el poder. Echamos de menos a eses políticos que se ganaban su escaño a pulso. Casa por casa y dando la cara. Ahora los podemos ver a través de la televisión y las redes sociales y poco más. Quizás no quieran enfrentarse a la verdad de los electores. Y claro, luego pasa lo que pasa y los vecinos también les dan la espalda y se quedan en casa en vez de ir a votar.