La Guardia Civil retoma los rastreos en Barbanza en busca de Diana Quer

moncho ares / j. m. jamardo RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

Atlas

Unos 40 agentes peinaron en la mañana de ayer la costa entre Rianxo y Boiro. SIGUE AQUÍ TODA LA INFORMACIÓN DEL CASO

10 sep 2016 . Actualizado a las 12:20 h.

Perplejos. Así se quedaron a primera hora de la mañana de ayer los vecinos del lugar de O Porto, en la parroquia rianxeira de Taragoña, cuando poco después de las nueve vieron pasar hacia el muelle una hilera de coches de la Guardia Civil. Todo el mundo se preguntaba qué era lo que ocurría. Lo que menos se podían imaginar era que el despliegue tenía relación con la desaparición de la joven madrileña Diana Quer. Unos cuarenta agentes del Grupo de Reserva y Seguridad (GRS) de Pontevedra y de la comandancia de A Coruña examinaron toda la zona.

El dispositivo de rastreo tuvo lugar en unos parajes apartados de la costa barbanzana en busca de la muchacha desaparecida en A Pobra el 22 de agosto y de la que nada se sabe desde entonces. La actuación se extendió incluso por fincas del entorno portuario, un lugar apartado utilizado con frecuencia por parejas que buscan intimidad. El lugar está próximo a una de las salidas de la autovía. Llamaba la atención del operativo que, según testigos presenciales, los agentes recorrieran la zona armados.

El rastreo, según el director general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa, que visitó a los investigadores en Noia, se prolongó desde el puerto hasta el término de Boiro, especialmente en Beluso, donde inspeccionaron una vieja fábrica de madera abandonada. El máximo responsable del instituto armado destacó que el caso de Diana Quer es «muy complejo» y los indicios que posee la Guardia Civil ha llevado a los responsables de la investigación a plantear una «batida especial». Fernández de Mesa apuntó que si en algún momento fuese precisa una labor aérea, incluso está a disposición de los investigadores el helicóptero. 

Terreno montañoso

La labor de rastreo de ayer se concentró en una extensa zona que incluyó terreno montañoso entre Rianxo y Boiro, municipios próximos a A Pobra y que están enclavados en la comarca de Barbanza. En su visita al cuartel de la Guardia Civil de Noia, el director general agradeció el trabajo que desempeñan los agentes de la Policía Judicial que se están ocupando del caso y al mismo tiempo ha querido animarlos y les ha dicho que su trabajo es muy valorado por el «denodado esfuerzo y, además por el celo que están guardando a pesar de tratarse de un caso muy mediático», afirmó.

Indicó que todos los medios de los que disponen están a disposición, «como ocurre siempre, de los investigadores, al igual que en cualquier otra denuncia similar». De Mesa recordó que está vigente el secreto de sumario y también aludió a la conveniencia de respetar la reserva decretada sobre las actuaciones con el objeto de no entorpecer las pesquisas y de que evitar que circulen datos falsos que puedan afectar a una familia como la de Diana, que «sufre enormemente».

En su encuentro con los medios de comunicación nada más terminar la reunión con los mandos que se encargan de la investigación, De Mesa insistió en que siguen abiertas todas las hipótesis y que la Guardia Civil no va a parar de investigar, pues «nunca lo hace» y como prueba de ello ha insistido en que mantienen abiertas causas de desapariciones que se remontan a los años noventa. 

Las cámaras y el móvil

Por otra parte, el director general de la Guardia Civil aplaudió la discreción mostrada por todos los cuerpos de seguridad que están trabajando en este caso y rechazó facilitar cualquier detalle concreto sobre la investigación de la que dijo que era muy complicada, pues es como «buscar una aguja en un pajar» ya que, aunque lo tuviese, «sería una imprudencia».

Fernández de Mesa fue preguntado sobre las investigaciones que se realizan de las cámaras de seguridad. Se limitó a decir que la información que se obtiene, incluida la del móvil, está siendo estudiada por el grupo tecnológico.

La madre no será interrogada por los investigadores

Después de veinte días sin saber nada de su hija, Diana López-Pinel apenas tiene fuerzas para hablar. Así lo ha confirmado su abogado y portavoz, Pedro de Bernardo. El letrado se pasa todos los días mucho tiempo para atender a los medios de comunicación y también a seguir todo lo que rodea la investigación del caso, que se lleva desde Galicia. El letrado comentó que por el momento la madre de la joven modelo continuará en Madrid y no tiene pensado regresar a la casa de veraneo de A Pobra. Tampoco lo hará por petición de la Guardia Civil ni del juzgado «pues de momento no nos han llamado». Eso sí, comentó que están a la espera de que la juez la deje declarar de forma voluntaria sobre la custodia de la pequeña Valeria.

Pedro de Bernardo visitó estos días a su cliente en su casa de Pozuelo de Alarcón. Le preocupa especialmente su estado pues «está mal. Pasan los días y no hay noticias de su hija. Además está cansada de que se difundan cosas que no son ciertas tanto de su hija como de su entorno familiar».

El abogado, señaló que desconoce cuestiones relacionadas con la investigación policial y tampoco sabe nada sobre el visionado de las cámaras ni del rastreo del teléfono móvil de la desaparecida Diana Quer. 

Muy molesta

Las amistades de Diana están siendo investigadas por la Guardia Civil con la finalidad de conocer algún detalle más sobre el caso. La madre, según su portavoz, se ha sentido muy molesta pues se ha insinuado que su hija andaba con gente que tenía antecedentes, cuestión negada de forma contundente.

Diana Quer, de 18 años, desapareció en la madrugada del día 22 cuando regresaba de las fiestas del Carmen dos Pincheiros. La última persona que afirma que la vio fue una conocida en las inmediaciones del paseo de O Areal, cuando iba hacia casa.

La joven, según apuntó un amigo madrileño, tenía previsto regresar a la capital de España el día 25. Incluso había quedado con él para tomar algo cuando llegase. Sin embargo, se le perdió la pista esa noche y nada más se volvió a saber de ella a pesar del gran despliegue policial.