«La basura está tan incrustada que se enraizó en las plantas»

ana moas / A.?G. RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

En la laguna de Carregal se han llegado a recoger entre diez y doce bolsas de basura en unas horas

05 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El bonito parque natural de Corrubedo ha estado bajo la protección de una brigada especial. Una veintena de voluntarios que participaron en uno de los campos de trabajo internacionales organizados este verano. La directora del mismo, Ánxela González, explica perfectamente la función de este proyecto, del que espera se repita nuevamente e, incluso, que se prolongue durante toda la temporada estival.

-¿Cómo surgió la iniciativa del campo de trabajo de Corrubedo?

-La Xunta se encarga de organizar estos encuentros todos los veranos. En el caso de Corrubedo es la primera vez que se lleva a cabo desde el 2005.

-¿Cuántos integrantes forman parte de la actividad?

-Somos veinte voluntarios en total incluyendo a los monitores, que somos cuatro. La mayoría de ellos provienen de Galicia, pero también contamos con gente de otras comunidades autónomas y con tres chicas extranjeras: una rusa, una serbia y una francesa.

-¿Existen más campos de trabajo internacionales en la comarca de Barbanza?

-No, este es el único. En algunas ocasiones se ha realizado en la isla de Sálvora, pero este año se optó por el parque natural de Corrubedo.

-¿Cuáles son sus funciones en el campo de trabajo?

-Nos encargamos de informar y orientar a los visitantes, limpiamos la playa y eliminamos las especies invasoras, por lo que se enseña también a los voluntarios.

-¿Dedican todo el día a ello?

-No, tan solo estamos por la mañana o después de comer. Lo más habitual es de nueve de la mañana a una de la tarde. El resto del tiempo lo dedicamos al ocio, hacemos excursiones por las localidades cercanas u otro tipo de actividades.

-¿Cuál es la dinámica?

-Nos organizamos en turnos. A veces estamos todos limpiando en la playa, aunque lo normal es crear varios grupos: uno que informe y oriente, y otros recogiendo basura en O Vilar.

-¿Qué es lo que más les sorprende de su labor?

-Las enormes cantidades de deshechos que recogemos. En la zona de las marismas hay demasiada basura. Lleva tanto tiempo incrustada que incluso ha logrado enraizarse en las plantas, con lo cual es imposible quitarla. Y las colillas, por favor.

-¿Cuántas bolsas de desperdicios recogen al día?

-Depende. En una zona de 800 metros de playa podemos llegar a recoger entre ocho y diez bolsas en una mañana. En la marisma de la laguna de Carregal, una zona de 200 metros, llegamos fácilmente a las diez o doce.

-¿Cuál es el objetivo de este campo de trabajo?

-Concienciar a las personas, aunque todavía falta mucho. Es reconfortante que la playa quede limpia, pero todavía lo es más que la gente reconozca tu trabajo.

-¿Ha tenido el éxito esperado?

-Sí, se han cubierto todas las plazas muy exitosamente. Sin embargo, hay que destacar que el más conocido y solicitado es el de las Islas Cíes, que se llena en horas. De hecho, algunos de nuestros voluntarios han venido rebotados porque no había plazas en ese.

-Como directora de este campo de trabajo, ¿qué considera que se podría cambiar o mejorar de esta iniciativa?

-Falta continuidad. Muchas veces con dos o tres días no llega a nada, y menos con el mes de agosto por delante. Lo ideal sería cubrir todo el verano en cuatro turnos, como ocurre en Cíes, ya que sino el trabajo hecho en los diez días que estamos aquí, pasa a ser imperceptible. Es más, durante el resto del año, los guardias controlan y se encargan de limpiar la zona, pero si nuestra labor es imperceptible, imagínense la de ellos, que son menos y tienen más tareas que hacer.