Un subsuelo plagado de tesoros que aún están por descubrir

María Xosé Blanco Giráldez
m. x. blanco RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

Los arqueólogos abogan por continuar las excavaciones y consolidar los hallazgos para que sean visitables

24 jun 2016 . Actualizado a las 13:02 h.

Bajo el suelo de Moimenta se esconden valiosos restos que pueden arrojar luz sobre los antiguos pobladores del lugar y optan a convertirse en un recurso patrimonial y turístico de peso. Esta es la principal conclusión a la que han llegado los arqueólogos que durante las dos últimas semanas han estado trabajando en la zona. Conceden gran importancia a los restos que han aflorado y creen que todavía quedan muchos tesoros por descubrir.

En Chans do Cerqueiro, el equipo concluye que la ocupación fue «bastante intensa». Las más de 2.500 piezas encontradas permiten situar el yacimiento en la Edad de Cobre, entre el 3.000 y el 2.600 antes de Cristo. Entre los restos que ya están siendo investigados y catalogados figuran raspaderas para trabajar las pieles, puntas de flecha, machetes y gran cantidad de trozos de cerámica.

El catedrático de prehistoria Ramón Fábregas explica el significado de todos estos hallazgos: «Parte do material que empregaban non é da zona, o que leva a pensar que se trataba de xente que mantiña relacións con outras comunidades. Ademais, a decoración da cerámica é moi característica, segue a liña de outras pezas aparecidas en Galicia e mesmo no norte de Portugal, coñecida como penha».

Un agujero, supuestamente para anclar un poste, y un tramo de tierra compacta que podría pertenecer al pavimento de una vivienda llevan a pensar que los antiguos pobladores de Chans do Cerqueiro vivían en cabañas de madera.

Los arqueólogos sitúan el castro de Coto do Espiño en la segunda Edad de Hierro, entre los siglos XI y II antes de Cristo. En este yacimiento, los restos de cultura material son escasos, pero el esfuerzo se ha visto compensado con la aparición de dos cabañas y de un muro de defensa. «Dá a impresión de que, chegado o momento, a xente que viviu aquí abandonou o castro levando todas as pertenzas», explicaba Ramón Fábregas.

Mucho por hacer

El equipo que ha estado trabajando en Moimenta está convencido de que todavía son muchos los tesoros que siguen enterrados. «Fixemos catas en 48 metros cadrados de Chans do Cerqueiro e saíron máis de 2.500 pezas; ou tivemos unha sorte inmensa ou é unha zona intensamente ocupada», señalaba Fábregas, quien se mostraba convencido de que, para entender la historia de la zona habría que excavar un área más amplia.

Fábregas y su equipo regresarán al lugar el año próximo, pero apelan a la implicación de las instituciones para que se puedan acelerar los trabajos y estos yacimientos no caigan en el olvido: «Habería que consolidar e reconstruír para que a xente puidera gozar dos restos».