Las comisiones de fiestas, en el punto de mira de timadores y burocracia

Marta Gómez Regenjo
Marta Gómez RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

M. Creo

Las dificultades para promover celebraciones populares se acumulan en Barbanza

18 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Aún no está en pleno apogeo, pero la temporada de verbenas ya ha comenzado y a barbanzanos y visitantes les queda por delante un calendario cargado de fiestas en prácticamente todas las parroquias de la comarca. Que eso sea posible es resultado del trabajo de muchas personas que durante meses se dejan la piel para que los demás puedan disfrutar de unas celebraciones a la altura de sus expectativas, una tarea que cada vez se antoja más complicada. Y es que las comisiones de fiestas deben lidiar con la burocracia al tiempo que se sitúan en el punto de mira de timadores dispuestos a usurpar su nombre para embolsarse unos euros.

En Rianxo están muy atentos a esta última cuestión después de que una persona pidiese donativos en nombre dos comisiones de fiestas hace unas semanas. La reacción fue inmediata: ambos colectivos publicaron un comunicado alertando de la presencia del timador, identificando a las personas que sí forman parte del grupo y, por tanto, los únicos autorizados a recaudar para las celebraciones y avisando a los vecinos de que no le den dinero a nadie que no les entregue el recibo correspondiente con el cuño de la comisión. Esto parece suficiente para resolver el problema y no han vuelto a denunciarse hechos similares, aunque las distintas agrupaciones rianxeiras están alerta ante la posibilidad de que la situación se repita.

Como empresas

Lo cierto es que no es fácil detectar este tipo de estafas y, de hecho, muchas veces no llegan a denunciarse ante las fuerzas del orden. En cualquier caso, al menos este año, no hay constancia de que se hayan producido hechos similares en otros municipios de la zona, lo cual no quiere decir que el trabajo de esas comisiones de fiestas esté exento de dificultades. De hecho, en Noia hablaban de las exigencias que deben afrontar estos colectivos asegurando que «non se lles está tratando como asociacións senón case coma se foran empresas». Esto, cuentan, motiva que muchos grupos se disuelvan.

Por fortuna, hay relevo generacional y, por ejemplo, en el caso noiés este año parten de cero tres nuevos colectivos que reciben asesoramiento por parte del Concello, igual que ocurre en Porto do Son. Y es que la organización de festejos se ha complicado en los últimos tiempos y cada vez son más los permisos que hay que solicitar, el papeleo a cumplimentar y los gastos que hay que afrontar, mientras que los ingresos, en el mejor de los casos, se mantienen. Los pagos a la SGAE, los seguros de responsabilidad civil y las revisiones de los remolques de las orquestas son algunos de los costes que ha impuesto la burocracia últimamente.