Un moldeador de sentimientos

BARBANZA

sande

El artista ha esculpido a los más diversos representantes de la cultura gallega

06 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La vida de Andrés Barbazán Ferreiro (Negreira, 1926) ha discurrido siempre entre tallas, moldeados y dibujos, figuras a las que ha sabido transmitir sus propias impresiones sin que por ello perdieran su verdadera esencia. Hace medio siglo, el escultor recibió un encargo del Ayuntamiento de Outes para realizar el busto con el que el municipio quería reconocer a uno de sus personajes ilustres, el poeta Francisco Añón. El pasado día 17, con motivo de la celebración del Día das Letras Galegas, en el marco de una serie de actos realizados en el municipio, se rindió tributo a Francisco Añón y para conmemorar el cincuenta aniversario de la realización de la escultura se invitó a participar en el homenaje a Andrés Barbazán.

Cinco décadas han transcurrido desde que este vecino de Negreira fue llamado por el Ayuntamiento para realizar la obra, pero en su memoria los recuerdos se mantienen intactos: «Déronme unha fotografía na que aparecía con camisa e garabata, pero eu decidín facelo a peito descuberto porque quería transmitir unha imaxe próxima do poeta. El era unha persoa cercana ao pobo e pensei que o formulismo na vestimenta o afastaba diso. Era un home con liberdade de pensamento e a garabata estorbáballe».

Recuerda que antes de ponerse manos al trabajo se documentó sobre la obra de Francisco Añón y leyó algunos de sus textos: «Profundei neles porque iso axudábame a facer a peza». A los pies del poeta, explica «coloquei unha muller fiando e un home imaxinando».

Andrés Barbazán afirma haberse sentido muy orgulloso de que el Concello se acordara de su obra y quisiera compartir con él el recuerdo del cincuenta aniversario de su colocación: «Aporteille un toque persoal, aínda que no rostro fun fiel á fotografía». Modeló el busto en barro, para pasarlo luego a escayola y, posteriormente, encargar la fundición.

La vida de este hombre siempre ha estado vinculada a la creación artística: «Por correspondencia estudei debuxo lineal e artístico. Despois fun estudar a Santiago e alí, no ano 1952, déronme unha beca para ir completar a miña formación a Madrid. Fun debuxar ao Círculo de Belas Artes e alí aproveitei para coñecer a xente. Estudaba e tamén facía traballos para min».

Amplia trayectoria

Lo cierto es que a lo largo de su trayectoria profesional ha realizado numerosas piezas, la mayoría para municipios del área de Santiago y de la Costa da Morte. Señala que se encargó de elaborar la escultura de Fernando Blanco, en Cee, así como una pieza de un águila en un colegio de Carnota. Sus esculturas, señala, también pueden verse en Negreira o Muxía, entre otros lugares. Lo cierto es que la lista es tan larga que afirma que, poco a poco, se va diluyendo en su memoria.

De su etapa en Madrid recuerda el ambiente en el que se movía y «a xente que coñecín, da que puiden aprender moitas cousas».

De regreso en Galicia trabajó en un taller en Santiago en el que realizaba tallas de madera e, incluso, efectuó arreglos en casas de amigos. Siempre buscó tiempo para, al margen de su trabajo, efectuar esculturas o dibujos, principalmente al carboncillo. Cuando se le pregunta qué estilo prefiere responde: «Todo ten o seu arte».

En sus obras le gusta reproducir la esencia de la cultura gallega en sus más diversas expresiones y aportando siempre un toque personal, su propia visión.

Conserva en su casa, explica Andrés Barbazán, muchas de las piezas que realizó por el propio placer de modelar y que nunca han estado en venta. Hoy en día, sin embargo, asegura que los años ya le pesan demasiado y que no está en situación de ponerse de nuevo manos a la obra. Sin embargo, defiende su arte y espera que se perpetúe entre los más jóvenes.