¿Juntos o disueltos?

Alicia Fernández LA CRIBA

BARBANZA

21 may 2016 . Actualizado a las 12:00 h.

La crisis se ha fajado con el tejido asociativo empresarial. En la comarca hay un par de municipios, Muros y Porto do Son, que en estos momentos ya no tienen entidad que represente a los empresarios. En otros dos, Outes y Mazaricos, sobreviven a duras penas. En los restantes no son ni la sombra de lo que fueron. Me decía hace unos días un asociado boirense que sabe que existe la suya por el recibo que le pasan al banco.

Es verdad que en la actual coyuntura es difícil despertar el interés de un grupo de personas o gremio porque, curiosamente, cuando las cosas están más feas tendemos a creer más en soluciones individuales -¡sálvese quien pueda!- que en respuestas colectivas. A ello hay que añadir la falta de financiación, fuese directa o indirecta (las más conocidas, los cursos de formación) de las administraciones públicas; lo que propició la cultura de todo es gratis y que hace casi imposible financiar actividades. Elementos extrapolables a la entidad comarcal, la FEB, tocada estos días por la baja de Ribeira; pero cuyos males reales son más antiguos y se corresponden con su contenido.

Mi convicción va en sentido contrario. Considero indispensable la vía de la colaboración para si no remediar, sí amortiguar los efectos de este difícil contexto general. Pero también creo que estas entidades han de cambiar, y mucho, para que sean creíbles y atractivas. Es el momento de olvidarse del paripé y poner en marcha iniciativas concretas, que se perciban como efectivas. Y que las entidades sean más abiertas y participativas. Renovarse o morir, la eterna dicotomía.