La duración de la veda del pulpo divide a las cofradías barbanzanas

Ana Gerpe Varela
A. Gerpe RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

Desde enero, en la rula de Ribeira se vendieron más de 123.000 kilogramos de pulpo.
Desde enero, en la rula de Ribeira se vendieron más de 123.000 kilogramos de pulpo. marcos creo< / span>

Muros es partidario de un cierre de tres meses, mientras que Ribeira apuesta por uno

04 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La duración de la veda del pulpo vuelve a dividir a las cofradías barbanzanas. El debate sobre cuánto tiempo debe prolongarse el cierre de esta especie acaba de abrirse en una mesa sobre la gestión del recurso convocada por la Consellería do Mar a instancias, según precisa el sonense Tomás Fajardo, de la Federación Galega de Confrarías que él preside. El pasado año, el período de paro se prolongó durante mes y medio, desde el 15 de mayo y hasta el 1 de julio. En esta ocasión, indica el responsable de la Federación Coruñesa de Confrarías, Daniel Formoso «aínda está sen decidir». Afirma el muradano que tampoco está claro que vaya a decretarse la retirada de las nasas del mar para el próximo mes.

Las posturas no pueden ser más dispares. Daniel Formoso indica que tanto en Muros como en Lira son partidarios de una veda amplia: «Nós propuxemos catro meses na reunión, pero estaríamos conformes con tres e pensamos que non deben ser menos de dous». El patrón mayor ribeirense, José Pérez, manifiesta que «para unha confraría coma a nosa resulta inasumible unha duración superior a un mes, salvo que se leve a cabo un paro biolóxico subvencionado».

Explica José Pérez que un total de 98 embarcaciones adscritas al pósito se dedican a la captura de cefalópodo y que si el paro es muy prolongado tendrían que dedicarse a otras artes, con lo que se produciría una sobre explotación de otros recursos y, además, se reduciría la variedad de especies que se comercializan en la rula: «Queimaremos as outras artes e baixará o prezo de todo o peixe».

Perder mercado

Asimismo, el patrón mayor ribeirense comenta que existe el riesgo de perder mercado, ya que si el cese de la actividad se prolonga entrará el producto procedente de otros lugares.

Su homólogo sonense, Tomás Fajardo, explica que tiene que consultar a los socios sobre esta cuestión, algo que, por otra parte, harán todas las cofradías en las próximas semanas, pero señala que, basándose en lo ocurrido en años precedentes, los profesionales no son partidarios de que la veda dure más de un mes. En el caso sonense, cuatro son los barcos que únicamente se dedican a coger cefalópodo, mientras que otros ocho alternan esta especie con otras artes.

El muradano Daniel Formoso asegura que «o tempo de veda é bo porque o recurso debe descansar. Estase vendo que cando hai pouco paro hai pouco polbo». Sin embargo, reconoce que hay profesionales que no tienen otras artes a las que dedicarse e indica que eso también debe tenerse en cuenta.

Los patrones mayores deberán consultar a sus socios y presentar las propuestas para que sean examinadas por la Consellería do Mar, que es la que tiene la última palabra. Uno de los aspectos que apuntan varios profesionales es que la cantidad de recurso que hay en el mar ha descendido en los últimos años. También hay quien reconoce que parte del cefalópodo que se coge en verano todavía no ha desovado y que eso, a largo plazo, constituye un riesgo para la especie.

En lo único que existe conformidad es en que la reapertura de las capturas se haga coincidir con el de la nécora.

La preservaciónLas capturas aumentaron y el precio medio subió en lo que va de año

Mantener los recursos pesqueros constituye un ejercicio de responsabilidad que depende de los profesionales. El pulpo es una de esas especies cuya captura constituye un importante pilar en la economía de muchas familias. Por eso, decidir la duración de la veda no es solo una cuestión a corto plazo, sino también de futuro.

Aunque los temporales que se sucedieron en la comarca desde diciembre del 2015 provocaron un desabastecimiento de las rulas, lo cierto es que el análisis comparativo de los datos relativos a las capturas de pulpo durante los primeros cuatro meses del año permite observar que, en relación a los ejercicios del 2014 y el 2015, el volumen de kilos comercializados aumentó en las lonjas de Muros, Porto do Son y Ribeira. De hecho, las dos primeras duplicaron la cantidad subastada con respecto al 2015.

También se constata una significativa subida del precio medio que, en las tres rulas, se incrementó sobre un euro en kilo, pasando de los 5,35 de promedio del 2015 a los 6,19 de los cuatro primeros meses de este ejercicio.

Incluso Porto do Son se ha visto beneficiada por este repunte de la cotización, ya que pasó de no tener subasta de cefalópodo, porque a los profesionales no les compensaba venderlo en la localidad al encontrar mejor salida para su producto en Ribeira, a que pulpeiros y compradores regresasen de nuevo a la rula local con unos precios que se han situado hasta ahora a la altura de los de Santa Uxía.