El Boiro antiguo languidece sin que se ponga coto al abandono

Marta Gómez Regenjo
Marta Gómez RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

Viviendas cayéndose a pedazos, muros invadidos por la maleza y pintadas afean el que fuera germen de la localidad

19 ene 2016 . Actualizado a las 05:05 h.

En múltiples ocasiones se ha escuchado de boca de algún exalcalde de Boiro lo importante que había sido su etapa al frente del Concello para el desarrollo de la localidad gracias, principalmente, a la apertura de nuevas calles. Luego llegaron las obras de peatonalización, que convirtieron el entorno de la casa consistorial en el epicentro de la vida comercial boirense. Sin embargo, el corazón y el germen de la villa está bastante alejado de lo que hoy son las calles principales; se encuentra en el Camiño Real, una zona que, pese a algún que otro retoque realizado en los últimos tiempos, languidece sin que se ponga remedio al abandono que sufre.

Basta con darse una vuelta por el viejo Boiro para comprobar que no es una zona que invite precisamente a pasear. Hay que decir que en el Camiño Real conviven dos realidades bien diferentes. Por una parte está el tramo que discurre entre la iglesia parroquial de Santa Baia y el cruce con la calle Bao, renovado hace unos años y convertido en una zona semipeatonal; y luego está el resto, la zona que va desde esa intersección hacia el otro lado, donde se han hecho algunos apaños en los últimos meses que no alcanzan para colmar las demandas vecinales ni para transformar un espacio muy degradado.

Son múltiples los problemas que presenta el Boiro antiguo, y aunque alguno se ha solucionado, como el asfaltado de la calle la pasada primavera o la limpieza realizada en un lavadero, todavía queda mucho por hacer. Las tareas de adecentamiento incluyeron la limpieza de muros y cunetas, pero con el paso de los meses la hierba ha vuelto a crecer invadiendo parte de la estrecha calzada. En cuanto al pavimento, los vecinos echan en falta una actuación más ambiciosa que pasaría por dar a ese tramo del Camiño Real el mismo aspecto que tiene el entorno de la iglesia y del cruceiro de Fonteneixe.

Maleza y cristales

Otro de los problemas que contribuyen a dar al viejo Boiro una imagen de abandono es la existencia de numerosos inmuebles vacíos a lo largo de todo el Camiño Real. Conviviendo con casas perfectamente rehabilitadas, hay numerosas viviendas antiguas que, literalmente, se caen a pedazos. En muchas, la cubierta ya se ha venido abajo, y de sus muros brota la maleza. En otras, pegadas a la carretera, el peligro está en las ventanas superiores, que en muchos casos no están tapiadas y tienen cristales rotos que pueden desprenderse en cualquier momento.

A mayores, existen una serie de antiguos edificios fabriles cuya estética y situación de abandono no contribuyen en nada a mejorar la imagen del lugar, como tampoco lo hacen las múltiples pintadas en las paredes.