Las consignatarias acusan a Portos de entorpecer la descarga de atún

María Hermida
maría hermida RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

<span lang= es-es >Las tarjetas, inutilizadas</span>. Los transportistas no pueden usar el sistema electrónico de pesaje.
Las tarjetas, inutilizadas. Los transportistas no pueden usar el sistema electrónico de pesaje.

Denuncian que el sistema electrónico de la báscula de Ribeira no funciona y que los vestuarios que usan a diario los estibadores son nauseabundos

06 may 2015 . Actualizado a las 11:40 h.

Que A Pobra es el puerto de descarga de túnidos más importante de Europa y que el de Ribeira también registra una actividad alta cuando la dársena pobrense está copada y se desplazan los mercantes a la ribeirense -cosa que pasa habitualmente- es una cantilena que suelen repetir hasta la saciedad los políticos. Sin embargo, esa realidad que tan bien queda a la hora de confeccionar discursos contrasta con el trato que, según denuncian los empresarios del ramo, dispensa la Administración a este pilar económico barbanzano. Ayer, las tres consignatarias que se dedican a alijar túnidos en la zona -Puebla, Barbanza y Luis Martínez -criticaron gravemente a Portos. Dijeron que en lugar de poner su grano de arena para fomentar esta actividad entorpece su labor. Y mostraron, a pie de muelle, los motivos que les llevan a hablar de esa manera.

Aunque en A Pobra también hay algunos problemas, el grueso de las quejas se centra en Ribeira. Explican que la báscula que está en el acceso al muelle comercial -en la que los camiones que vienen a buscar el atún tienen que pesarse a la entrada y salida de la dársena- no funciona correctamente. El caso es que la tara de los transportes debería ser electrónica. Los camioneros tienen unas tarjetas y, nada más acercarlas a los lectores, tendría que aparecer el peso. Pero las torretas, según denuncian, se estropearon hace tiempo y desde entonces hay que hacer el trabajo manualmente. Portos no dispone de personal de forma continua en este punto. Así que a las consignatarias les toca contratar operarios para paliar esta carencia. Ayer mismo, una trabajadora de Consignaciones Puebla era la que estaba pesando sobre las 15.00 horas.

Precisan los responsables de estas tres empresas que antes Portos tenía personal controlando las básculas. Pero que en su día lo eliminaron y pusieron las torretas electrónicas «sen consultar con ninguén». De hecho, hubo anécdotas con perjuicios económicos importantes: la pesa estuvo un tiempo inutilizada y los camiones tenían que ir a hacer la tara a A Pobra antes de entrar al muelle ribeirense, cargar luego en Santa Uxía, volver nuevamente a la villa pobrense y, por último, descargar una conservera de Ribeira.

En el caso pobrense, una de las torretas de la báscula tampoco funciona, según denunciaron ayer varios transportistas. «Portos tómanos o pelo día a día», decían los camioneros. Y aludían a que en días como ayer se organizan unas colas de camiones importantes a las ocho de la mañana en la dársena ribeirense por no funcionar bien la báscula.

Reformas insuficientes

Pero en la pesa no acaban todos los problemas. Las consignatarias también denuncian el deterioro que sufren los vestuarios de los estibadores. Reconocen que hace meses, tras una queja de los trabajadores, Portos hizo algunas mejoras para que no lloviese a cántaros dentro. Pero las reformas se quedaron cortas. Los espacios para cambiarse siguen siendo nauseabundos, con taquillas rotas, duchas convertidas en letrinas y piletas sin grifos. Los operarios lo tienen claro: «É noxento como está todo».