La CIG apostó en Ribeira por la unión de los trabajadores

A. Gerpe / M. Gómez RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

<span lang= es-es >MARCHAS DA DIGNIDADE</span>. Miembros de este colectivo se concentraron en la plaza del Concello ribeirense en protesta por la precariedad laboral y por las desigualdades sociales.
MARCHAS DA DIGNIDADE. Miembros de este colectivo se concentraron en la plaza del Concello ribeirense en protesta por la precariedad laboral y por las desigualdades sociales. Varela< / span>

La lluvia deslució el homenaje que Rianxo brinda cada primero de mayo a sus marineros fallecidos en el mar

02 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Bajo la consigna de que ninguna conquista de la clase trabajadora se hace sin dignidad, la CIG se manifestó en Ribeira apostando por la unión de los trabajadores porque, como afirmó el responsable comarcal del sindicato, «un país constrúese man a man, ladrillo a ladrillo».

Durante la marcha, que comenzó en la plaza de O Peixe y finalizó frente a la casa consistorial, no faltaron las alusiones a Rato y a los casos de corrupción. Sin embargo, dos frases capitalizaron los gritos que pudieron escucharse bajo la pertinaz lluvia: «Traballo digno, traballo xusto».

En la movilización también participaron emigrantes afectados por las sanciones que les impone hacienda y pensionistas. A todos ellos se dirigió Xan García cuando afirmó que en los últimos años no se han realizado políticas encaminadas a crear empleo ni a garantizar la protección social.

A última hora de la tarde, los que se concentraron en la plaza del Concello ribeirense fueron integrantes de las Marchas da Dignidade de Barbanza. Verónica Núñez fue la encargada de leer un manifiesto en el que se afirmaba que las reformas laborales han servido para que los empresarios consiguieran tener trabajadores sin derechos y para condenar a los sectores populares a la «pobreza máis severa».

Acto breve

Aunque igualmente emotivo, el acto que cada primero de mayo se celebra en Rianxo como homenaje a los marineros fallecidos fue más breve de lo habitual este año. La lluvia se empeñó en participar en la ofrenda realizada ante el monolito erigido en el parque de Galicia con los nombres de todos los náufragos rianxeiros y el año y el lugar en el que mar se los llevó.

Como es habitual, el regidor, Adolfo Muíños, el teniente de alcalde, Joaquín Domínguez y el patrón mayor, Miguel Iglesias, depositaron dos coronas de laurel ante el monumento. Junto a ellos, se sumó a la ofrenda Manuel Galbán, uno de los artífices del Día da Xente do Mar e hijo de una de las personas inscritas en la piedra del monolito. El mar le arrebató a su padre antes de nacer y reconoce que aún se emociona en jornadas como la de ayer. Muíños, por su parte, abogó por dar continuidad a la tradición y por «seguir lembrando a toda esa xente coa esperanza de que a lista non medre, porque o mar, que dá vida, ás veces reclama a súa peaxe».