Severino Escurís anima a mantener las empresas en su lugar de origen

Javier Romero Doniz
JAVIER ROMERO RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

El pobrense se emocionó al concluir su intervención, que no estaba prevista, y ver que sus vecinos y amigos se ponían en pie para aplaudirle

09 abr 2015 . Actualizado a las 19:20 h.

Severino Escurís era ayer el protagonista de la tarde y no defraudó. Rompió el protocolo previo con un discurso de dos minutos que levantó al público de sus asientos para brindarle un sentido y sonoro aplauso en el homenaje organizado por los empresarios de A Tomada, un parque que él mismo promovió hace años. Desde el escenario, y aprovechando su intervención, defendió la necesidad de mantener las empresas en sus localidades de nacimiento, cuidando a sus proveedores y trabajadores para que prospere la población a base riqueza y puestos de trabajo.

«A Pobra no sería hoy lo mismo sin este hombre» fue la frase que más se oyó ayer en el auditorio O Lagar. Fueron muchos los familiares, amigos, colegas de profesión, políticos y vecinos que quisieron arropar a este empresario de éxito que está muy cerca de cumplir los noventa años. Es precisamente ahora, que toca echar la vista atrás, cuando el fundador de Actemsa valora por encima de todo el apoyo y esfuerzo de su familia, empezando por su mujer, la señora Maruja, sus hijos y todos los que, como él, en su día supieron poner en valor el legado de sus antepasados para que el patrimonio industrial de los Escurís se fortaleciera con el paso de los años y las generaciones.

El cariño y respeto mostrado por todas las personas que intervinieron en el acto quedó constatado. El presidente de los empresarios de A Tomada, Manuel Durán, le dedicó unas bonitas palabras al entregarle una escultura en representación de sus compañeros de la junta directiva.

Diferentes regalos

Lo mismo hizo el alcalde, Isaac Maceiras, que lo agasajó con una dorna que entregó el presidente de la Xunta. Fue precisamente Alberto Núñez Feijoo quien realizó un discurso muy similar en su fondo al de Diego Calvo, máximo responsable de la Diputación. Ambos alabaron la necesidad de hacer proyectos empresariales solventes apuntalados en el esfuerzo y no en ideas cortoplacistas que acaban vendiéndose a fondos de inversión. Pero por encima de todo, lo que seguro más gustó a Severino Escurís, fue ver a su mujer, hijos y nietos subidos junto a él en el escenario para recibir el reconocimiento de un pueblo que lo vio crecer y al que, sin duda, dio, y sigue haciéndolo, su vida.

O Lagar dio cabida a un homenaje a la trayectoria del fundador de Actemsa