Una Nochevieja gélida que no defraudó a los barbanzanos

raquel iglesias RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

Miles de personas se echaron a la calle para dar la bienvenida al 2015

02 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El frío, principal tema de conversación de cafetería y ascensor en los últimos días, también quiso ser el gran protagonista de la Nochevieja barbanzana. Las temperaturas cayeron en picado y apenas superaron los cinco grados durante buena parte de la jornada, pero eso no fue impedimento para que los vecinos se echaran a la calle a dar la bienvenida al nuevo año. Eso sí, los abrigos no dejaron lucir algunos de los modelitos reservados para la ocasión y buscados con tanto ahínco. Salir sin esta prenda y no acabar congelado fue casi una misión imposible.

Uno de los epicentros de la fiesta fue el parque García Bayón de Ribeira. Allí los hosteleros instalaron una carpa en la que se dieron cita numerosos vecinos para empezar el 2015 bailando. Con esta iniciativa se pretendía dinamizar el sector en tiempos de crisis. No fue la única opción para los ribeirenses. Y es que en el Malecón también se celebró la tradicional fiesta, además de las numerosas celebraciones privadas que escogieron los festeiros para dejar a un lado los problemas y empezar con optimismo el mes de enero.

Que el mercurio marcase unas temperaturas bajísimas tampoco fue impedimento en Porto do Son para que los vecinos se animasen a salir con sus mejores galas. En la plaza de España también se instaló una carpa que contó con animación musical y mucho ambiente. Otros optaron por recorrer los bares huyendo del frío.

Juadalupeñas en Rianxo

El ambiente también se caldeó en la villa rianxeira con la fiesta que convocó la comisión de las Juadalupeñas. Una alfombra roja dio la bienvenida a los vecinos que quisieron dar la bienvenida al nuevo año en la carpa instalada para la ocasión. No faltó detalle, hasta había un photocall en el que los rianxeiros pudieron fotografiarse con la mejor de sus sonrisas.

Al cierre de esta edición, todavía algún festeiro recorría las calles de la comarca, y eso que pocos locales hosteleros abrieron las puertas con motivo del día festivo. Una Nochevieja más, los barbanzanos cumplieron con la tradición de iniciar un nuevo año con optimismo y diversión, aunque esta despedida fue una de las más frías que se recuerdan. Esperemos que los resfriados no acompañen a la resaca.