Arousa Norte regaló al EVA-10 dos reposteros con los emblemas de la aviación y del cuartel
11 dic 2014 . Actualizado a las 05:07 h.Ya han pasado treinta años desde que aparecieron en lo alto del monte Iroite dos bolas de tono verdoso que nada tenían que ver ni con el bosque ni con el ganado que deambulaba por la cumbre. Se trata del Escuadrón de Vigilancia Aérea número 10 (EVA-10) que, desde entonces, cumple una misión clave para la seguridad, como es el control del espacio aéreo mucho más allá del noroeste peninsular, por algo se trata de una unidad estrechamente relacionada con la OTAN. Por eso, el día de la patrona de la aviación, la Virgen del Loreto, celebrado ayer, se salió de lo habitual, contando, para empezar, con un invitado de excepción, el general jefe del Sistema de Mando y Gestión, Francisco Javier Americh, quien, en su alocución, subrayó la importancia de las bases de control repartidas por todo el territorio nacional, pero especialmente el compromiso de quienes forman parte de ellas con el entorno social en el que se encuentran.
La mancomunidad Arousa Norte tuvo especial protagonismo en el acto castrense, puesto que donó sendos reposteros bordados con los emblemas del Ejército del Aire y del propio EVA-10, cuyos diseños fueron explicados por el comandante en jefe del escuadrón, José María Gómez Sánchez. El de la base fue obra de Julio Moreno Montero en 1981, cuando se construía el acuartelamiento. El autor formaba parte del personal laboral, donde permaneció hasta el 2010, cuando se jubiló. El emblema tiene una torre que representa los faros de la costa gallega; unas ondas, por las de radio que emite el radar; un rayo, por la electrónica y las comunicaciones; el fondo azul, por el mar; y la cruz de Santiago.
En el transcurso del acto se entregaron once condecoraciones que reconocen la labor desarrollada por el contingente destinado en el cuartel del Iroite, cuyos méritos van más allá del eficaz desempeño de sus obligaciones, no en vano, como señaló Isaac Maceiras en representación de Arousa Norte, se implica con su entorno cuando se necesita, como ocurre cada verano en la lucha contra los incendios o como sucedió cuando se produjo el desastre del Prestige, ateniendo a miles de personas.
Ayer, la sociedad barbanzana volvió a arropar a los centinelas del monte Iroite.
EN DIRECTO DÍA DE LA PATRONA DEL EJÉRCITO DEL AIRE