Patrimonio que cuelga el «se vende»

María Hermida
maría hermida RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

Extranjeros con alto poder adquisitivo se interesan por pazos de la comarca

02 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Sería difícil entender Galicia, y por tanto la comarca de Barbanza, sin los pazos y las casas señoriales. Estas construcciones salpican el paisaje por los cuatro costados y su piedra supone un placer para el sentido de la vista en una tierra castigada por los excesos con el ladrillo y el cemento. Pero su hermosura sin matices a veces tiene serios duelos con su abandono. Y es que, tal y como señalan algunos de sus propietarios, mantener estas edificaciones es tan complejo -por los requisitos que pone Patrimonio- como costoso. Así que no siempre resulta viable. Eso lleva a algunos dueños a colgarles el cartel de «se vende», sobre todo en los últimos años. Lo confirman desde inmobiliarias como Aldeas Abandonadas, especialista en estas propiedades, en cuyo portal figuran dos pazos de la comarca y un chalé de principios del siglo XX, en Boiro y Rianxo, amén de varias casas solariegas de piedra repartidas por Muros, Porto do Son y Carnota.

Estos inmuebles, sobre todo los dos pazos a la venta, no están faltos de pretendientes. Uno de ellos es el pazo de Os Calotes, en Araño. Este edificio estuvo en ruinas hasta el 2006, cuando lo compró Jesús Sánchez. La idea era montar un negocio turístico. Pero la crisis lo impidió. Ahora, busca nuevo dueño. Hay personas interesadas, pero aún no cuajó la venta. «Vinieron a verlo por ejemplo unos brasileños que tenían un poder de compra de un inversor de hasta siete millones de euros», señala Sánchez. La semana que viene, de nuevo, volverá a mostrar esta construcción de 1628. En esta ocasión, los interesados son gallegos. El propietario de este conjunto destaca algo que también sale de la boca de los dueños de otras construcciones nobiliarias: «A nosotros se nos disparó el coste de las obras hechas -restauraron tanto el edificio principal como la capilla, y apenas quedan los pulidos, barnizados y el decorado- por algunas exigencias de Patrimonio. Por ejemplo, nos obligaron a poner madera maciza en el suelo y en el techo».

El caso del otro pazo a la venta, el de Sandrenzo, es distinto. Quien lo vende, según su portavoz, es una persona longeva sin hijos que quiere legar a sus sobrinos lo que obtenga con esta construcción. Este caserío, que está en condiciones de ser habitado, también despertó el interés de compradores extranjeros, concretamente, varios británicos. Y también algunos españoles.

Desde Aldeas Abandonadas confirman que trajeron a distintos extranjeros a ver propiedades de esta zona. Algunos de ellos, mexicanos, vinieron a Galicia junto al millonario Carlos Slim. Dice la inmobiliaria que «es gente con mucho dinero que sabe lo que compra».

La finca de Os Calotes atrajo a posibles compradores de México o Brasil

Dueños de estos edificios critican las exigencias

de Patrimonio a la hora de obrar

Un conjunto de casa principal, hórreo y capilla construido entre los siglos XVII y XIX. El pazo de Sandrenzo lleva tiempo promocionándose en distintos portales inmobiliarios. Un portavoz de la familia que lo vende señaló que la propiedad pertenece a un hombre casi centenario -tiene 98 años- que actualmente vive en León. El edificio principal, según esta misma fuente, está habitable. De los pazos que están a la venta en la zona es el que tiene el precio más asequible.

Una casa en una situación curiosa. El chalé de los Baltar, que pertenece a más de veinte personas de esta familia, en teoría está a la venta por 4,5 millones de euros. Varias inmobiliarias lo promocionan y llevan a posibles compradores a verlo. Pero alguno de los dueños niega que vaya a venderlo.

El edificio que iba camino de ser un hotel y en el que ya se hizo una fuerte inversión. En el 2006, el coruñés Jesús Sánchez adquirió el pazo de Os Calotes con la idea de convertirlo en hotel. Invirtió cerca de dos millones de euros pero las obras aún no están al 100%. Lo vende porque le cortaron la financiación y no pudo acabar su proyecto. El pazo tuvo varios pretendientes.

chequeo a la arquitectura tradicional

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