Unos jóvenes de Madrid completaron una travesía a nado en aguas barbanzanas para recaudar fondos para una oenegé
24 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.Luchar por una buena causa es sencillo. Pero hace falta algo básico: querer. Esa es, al menos, la lección que se saca al escuchar historias como las de los siete madrileños que ayer nadaron desde Ribeira a Rianxo. Resulta que estas personas, ligadas al mundo del waterpolo, decidieron un día que cada vez que completaban juntos un recorrido en el agua su esfuerzo tenía que servir de algo. Fundaron una asociación llamada Unabrazadauncéntimo y comenzaron a hacer travesías solidarias. Por cada brazada que dan estas siete personas no falta quien aporte dinero para ir recaudando fondos. Ayer calculan que dieron 140.000 brazadas y, por experiencias anteriores, esperan que quienes les apoyan no donen menos de 6.000 euros -se colabora a través de distintos canales y ayer aún no habían hecho el recuento-.
Esta travesía ya tuvo otros escenarios, como el estrecho de Gibraltar. Este año se decidieron por la ría de Arousa porque uno de los participantes -la única mujer del grupo- suele veranear en esta zona. Cinco horas y cuarto estuvieron en el agua para unir Rianxo y Ribeira con sus brazadas. Al término, uno de ellos, Daniel Arroyo, hablaba de la siguiente manera: «Fue bastante duro, tuvimos viento del norte y se hizo cansado».
¿A dónde va el dinero que recaudan? Colaboran con Un juguete, una ilusión, cuyo nombre lo dice todo sobre su razón de ser. Pero también están inmersos en un programa de concesión de becas a chavales que no tienen recursos para practicar deporte. Ayer, cansados aún tras el braceo por aguas barbanzanas, los deportistas madrileños empezaban a pensar en nuevos retos: la solidaridad, como ellos mismos recordaban, no puede parar.