Las Galerías Velvet patrocinan las fiestas de San Bartolomeu

antón parada / m. a. RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

marcos creo

El pregón de Javier Rey enterneció a una Noia que jamás le había olvidado

24 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Anteayer a escasos minutos de las 8.30, el paseo de la alameda de Noia se veía sitiado por una multitud de jóvenes y adultos que tenían algo en común. Todos eran fans de la serie televisiva Velvet. La impaciencia generalizada no se debía a un estreno de dicha ficción, sino al inminente pregón que oficializaría la actual edición de las fiestas de San Bartolomeu.

«Queremos que salga Javier» exigían Maider, Maruxa, María y sus amigas de unos 12 años, entre griteríos y coros de «¡guapo, guapo!». Esa era la razón fundamental, todo el mundo quería ver al actor local que triunfa en Madrid. Y Javier Rey no se hizo de rogar. Al vislumbrarse su silueta en el balcón del Concello, el público juvenil, que dominaba la primera linea, estalló.

Sus primeras palabras fueron un obsequio a sus familiares y amigos, que le respaldaban entre el anonimato de la masa. Pero cuando comenzó a repasar los lugares que le habían acogido en su infancia (su colegio, el club de ciclismo, la Alameda y el campo de fútbol donde jugaba de crío), todos los asistentes no pudieron evitar verse reflejados en el espejo de empatía que les estaba brindando.

Los recuerdos

«Para outros son don Mateo, don Pacheco, Alejo de Urso, Cristinita ou un xuíz capaz de acabar coa corrupción deste país», así se desnudó Javier, quitándose el abanico de personajes y mostrándose como un noiés más. «Parrandeei e xoguei ás películas nos bancos da Alameda cos meus amigos ata altas horas da madrugada, intentei subir á estatua de Felipe de Castro e non o conseguín», fue la forma en la que el intérprete relató sus antiguas hazañas que no se han ensombrecido ante los éxitos audiovisuales que está cosechando.

Javier Rey articuló su discurso en base a tres pilares: la felicidad, la morriña y el orgullo. Estaba feliz de volver a su tierra en el contexto de una festividad que siempre trae alegría. Creyó necesario establecer una diferencia entre la morriña y la nostalgia, puesto que la primera va mucho más allá: «Botámosvos de menos a vós, á xente de aquí». Y a modo de cierre le habló de orgullo a un pueblo que se enorgullece de él: «Estou orgulloso de ser de aquí porque iso é o que me define como persona».

Primera fila

Como si se tratase de su primera actuación, había dos personas muy importantes coronando el grupo de espectadores: su madre y su novia, Divina Lago e Iris Díaz. «Esto es muy personal, nos produce más nervios e ilusión que un estreno en la Gran Vía», comentó la actriz y amada.

Texto.

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«Somos poetas e mariscadores, emigrantes e comerciantes»

Javier Rey

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