La París de Noia gana el pulso a la política local

María Hermida
maría hermida RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

El pleno se cambia de día porque coincidía con el ensayo y la actuación y los concejales no iban a escucharse

25 jun 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

La fecha de los plenos de Noia, sobre todo los cambios de fecha, siempre dejan anécdotas curiosas. Ocurrió a finales del año pasado, cuando se colocó una sesión a las 8.00 horas para que a dos edilas del equipo de gobierno les diese tiempo a acudir a una excursión organizada por el Concello. Y pasa ahora, con la sesión que se adelantó a mañana, cuando lo normal hubiese sido celebrarla el 27. La modificación viene dada porque resulta que el viernes toca la París de Noia. Y no es que los ediles quieran aguardar en primera fila a que empiece el espectáculo y por ello hayan alterado la fecha del pleno. Que podría ser, pero no. Es que temen que si coincide la sesión plenaria con los ensayos -la orquesta actúa en la Alameda, es decir, pegada a la casa consistorial- el entendimiento entre unos y otros sea imposible porque no se escucharían. Así que la París de Noia, nunca mejor dicho, les marca el ritmo.

El cambio de fecha no coge a nadie de imprevisto, ya que se acordó en el último debate plenario. Ayer, concejales veteranos de la corporación como el nacionalista Bieito González recordaban que ya ocurrió una vez que la corporación celebró un pleno con una orquesta dándole al «1,2,3, probando, probando» y a punto de actuar. Y que «foi unha tolemia, non se escoitaba nada». Así que esta vez, como en algunas otras ocasiones en las que las fiestas coincidieron con el debate, se optó por cambiar de fecha.

Aunque la París es mucha París no podrá presumir de ser la única que altere la agenda de los políticos de Noia. En más de una ocasión se trasladó el pleno, por ejemplo, para evitar que coincidiese con las procesiones del Viernes Santo, a las que está invitada toda la corporación. En ese caso, hubo rapapolvos de algunos grupos, que no comulgaban con que los actos religiosos cambiase el ritmo municipal. En esta ocasión, nadie se ha quejado. No es de extrañar. Cualquier abre la boca sabiendo la legión de fans que tiene la orquesta en Noia; mejor no tocar a quienes tocan divinamente.