El sol llegó tarde para el ganado

María Hermida
María Hermida RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

monica ferreiros

El duro invierno pasa factura a los animales de monte; comuneros, ganaderos y ecologistas alertan de la alta mortandad de ejemplares

11 mar 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

LOS EFECTOS DE TRES MESES DE TEMPORALES EN LAS RESES mostrencas

Cuando los temporales azotan, en la comarca se mira con lupa hacia la fauna marina. Berberechos, almejas y mejillones dan de comer a miles de familias y, por tanto, de lo que se habla es de si hay mortandad o no de estas especies. Pero hay otros animales que también sufren las inclemencias meteorológicas. De una forma distinta, pero las sufren. Son los caballos y vacas de monte que pastan en espacios como la Serra do Barbanza. A ellos, el mal tiempo también les ha pasado factura. Y de qué manera. Se pregunte a quien se pregunte relacionado con el monte -comuneros, ecologistas o personas que hacen senderismo- todo el mundo vio algún cadáver de vaca o caballo en las cunetas o los matorrales durante los últimos meses.

El jueves, cuando el sol al fin apareció, darse un paseo por A Curota era como introducir el ojo en uno de esos caleidoscopios de colores. La hierba verde, el cielo azul intenso... Y un batallón de reses pastando en un suelo todavía muy encharcado. Al mirar a los animales, esa bucólica imagen que ofrecía A Curota empezaba a cambiar. ¿Por qué? La mayoría están muy delgados, se les notan sobremanera las costillas y en todos se evidencia el calvario por el que acaban de pasar. Al preguntar a los ganaderos, confirman el dato: «Nós si que tivemos baixas no noso gando, porque aínda que lles estivemos levando de comer, o problema foi a chuvia e o frío, o feito de que os animais tivesen que estar á intemperie. Aos que colleu débiles foinos achicando e acabou con eles, esa é a realidade», dijo Manuel Boo, de A Pobra.

También los comuneros saben del asunto. Desde Nebra, Xoán Paz explica que ellos no tuvieron bajas porque «nos ocupamos de proporcionarlles refuxios para evitalo», pero sí es consciente de que los animales que viven en la cima de la sierra «si sufriron moito, eu non lembro nunca tanta mortaldade como desta volta».

A la intemperie

Unos y otros, comunidades y ganaderos, son conscientes de que en el monte, bien por los incendios bien por las talas y la propia configuración de la sierra, cada vez hay menos árboles y lugares donde los animales se puedan refugiar. Así que soportaron las inclemencias meteorológicas de este invierno a la intemperie. Únicamente se refugiaron aquellos que están más controlados por sus dueños y les proporcionan casetas o similares. Precisamente, desde Vox Ánima, una asociación que trabaja en pro de la fauna, denuncian esta situación. Su presidente insiste en que «es terrorífico ir al monte y ver a los animales muertos de frío, apretándose unos contra otros».

Ahora, con el sol sobre sus cabezas, parece que los animales cobran vida pese a su delgadez. Nadie se atreve a dar cifras de los ejemplares muertos este invierno. Pero todo el mundo está de acuerdo en que el número «é enorme». Y nadie recuerda otro año tan nefasto para las reses mostrencas barbanzanas como el que estamos viviendo.