Varios ayuntamientos apoyan la huelga a la japonesa de Emilio Neira
19 feb 2014 . Actualizado a las 07:00 h.El pasado noviembre, un profesor rianxeiro pasaba a ocupar titulares y espacio en distintos medios de toda España porque inició una huelga a la japonesa indefinida en la sección de Utrillas de la Escuela Oficial de Idiomas de Teruel. Emilio Neira se rebelaba así contra la decisión de las autoridades educativas de agrupar a alumnos de distintos niveles en una misma clase y de expulsar a estudiantes menores de catorce años que acudían como oyentes. La protesta sigue en pie porque la situación no ha cambiado, pero la lucha de este maestro de francés ha logrado romper ya varias barreras y meterse de lleno en el debate político de la comunidad aragonesa.
En un primer momento, Emilio Neira logró el apoyo tanto de sus alumnos como de los padres, que secundaron la protesta sumándose a las clases fuera del horario lectivo. Es más, incluso iniciaron una campaña de recogida de firmas denunciando la situación. Y ahora, distintos partidos políticos le han dado su respaldo secundando una moción que se ha aprobado ya en varios ayuntamientos de la zona, entre ellos los de Utrillas y Montalbán, donde la propuesta presentada por Izquierda Unida logró el voto unánime de los concejales.
En esa iniciativa se apoya abiertamente la huelga indefinida y se exige a la directora provincial de Educación de Teruel que elimine la unificación de niveles toda vez que se considera que la medida supone una «pérdida de la calidad educativa» y «un ataque a la calidad de la enseñanza en el medio rural».
En la comarca
Pero la batalla de Emilio Neira contra las decisiones de las autoridades educativas no se ha limitado al ámbito local, y también la Comarca Cuencas Mineras, que aglutina a cerca de treinta ayuntamientos, ha aprobado la moción de apoyo a las reivindicaciones del profesor rianxeiro, al igual que la Diputación provincial de Teruel, eso sí, con los votos en contra del Partido Popular. El siguiente paso será llevar el asunto al parlamento autonómico.
Mientras tanto, Neira sigue dando clases de francés fuera del horario lectivo de la escuela, una práctica que asegura que no abandonará pese a que ha puesto en juego su puesto de trabajo porque no comulga con unas políticas que, desde su punto de vista, tienen una finalidad clara: «Queren cargarse as escolas de idiomas públicas».
Desecha argumentos como el bajo número de estudiantes en el aula o el hecho de que la unificación de niveles ya se hizo en cursos anteriores con los que se trata de justificar las medidas que le empujaron a iniciar una huelga a la japonesa que mantendrá hasta final de curso: «Eu non podo botar da clase a alumnos menores de idade que queren aprender. E a unificación de estudantes de distintos niveis non ten sentido porque, ou os que saben algo non avanzan, ou os que non saben non se enteran de nada».