Los pescadores de río prevén una mala campaña debido a las riadas

X. R. Alvite / A. Gerpe MAZARICOS /RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

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Los aficionados creen que el desove de las truchas se ha dañado

18 feb 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Dentro de un mes arrancará la temporada de pesca y lo hará, al parecer, marcada por las consecuencias de los temporales que tanto afectaron a la comarca este invierno. Al menos, esta es la opinión de los aficionados, que creen que los desbordamientos de los ríos por la gran cantidad de lluvia tendrá una repercusión negativa.

«A pesar do que digan algúns técnicos, os que levamos anos indo ao río sabemos que con tanta auga a troita engorda máis, pero cría menos. As enchentes son boas, pero non tantas nin tan grandes», explica Francisco Martínez, presidente de la asociación de caza y pesca El Halcón de Mazaricos. Para Martínez, las continuas crecidas se han llevado las zonas de arena, que es donde crían los animales, por lo que dice no albergar muchas esperanzas sobre el desarrollo de la temporada.

Según informaciones de la Consellería de Medio Ambiente, los caudales de los ríos gallegos fueron un 60% más altos de lo habitual en el mes de enero, lo que en opinión de varios pescadores consultados ha dañado el desove de las truchas.

Una docena de cauces vedados

La campaña arrancará en la comarca con una docena de ríos vedados. En la relación se incluyen los cauces Cidade, Longo, Sirves, Vilar y Vixán, todos incluidos en el parque natural de Corrubedo, además del Rego de Brañas y Rego das Maroñas, en Mazaricos.

Tampoco se permitirá la pesca en los carnotanos Pedrafigueira, Rateira, Lariño y Vadebois, así como en sus afluentes. En total, serán unos 30 kilómetros los que tendrán prohibido el acceso a los aficionados.

Un pescador ribeirense decía ayer que «a saúde dos ríos é mala pola contaminación».

Medio Ambiente también establece un tramo de 1,3 kilómetros en el río Xallas, entre el embalse de Santa Uxía y su desembocadura en la fervenza de O Ézaro, en el que los pescadores deberán devolver al río las capturas. Esto genera cierto rechazo entre muchos aficionados, que creen que el río tiene suficiente capacidad para recuperarse de las capturas.