«Mandamos todo para España e agora España acaba con nós»

María Hermida
maría hermida RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

Un outiense explica cómo la reclamación de Hacienda les truncó la vida

19 oct 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

emigrantes retornados ponen rostro al drama que están viviendo

Cuando a los problemas se les pone rostro, se entienden mucho mejor. Ocurría ayer delante de la casa consistorial noiesa. Allí habían quedado miembros de la plataforma de emigrantes retornados de Muros-Noia para poner en común todo lo que les está pasando. Cabe recordar que, aplicando una ley del año 2006 que hasta ahora no se cumplía, Hacienda les está cobrando atrasos, multas e intereses de demora por no haber tributado por las pensiones que tienen del extranjero. Benito Villaverde, de Outes, fue el primero en llegar. Empezó a hablar y sus palabras sonaron más desangeladas que el día de perros que en aquel momento hacía en Noia.

Villaverde se hizo hombre trabajando en una mina alemana. Emigró en el año 1962, con sus manos como todo patrimonio y 19 años de edad. Como tantos otros gallegos, en su vida en el extranjero solamente hizo dos cosas: «Traballar todo canto podía e xuntar cartos para mandalos para aquí». El destino le acabó llevando a Suiza, donde dedicó toda su vida a la carpintería. Estuvo treinta años separado de su familia. Luego, regresó con una incapacidad reconocida por el Estado suizo -tiene graves problemas de audición-. Aquí le esperaban su mujer y sus tres hijos; que ahora dependen del él, porque el paro ha tocado a sus puertas. Se jubiló dignamente, con unos 2.200 euros de pensión. Y, vivía, según reconoce «ben, como calquera outro. Non fixen fortuna pero teño a miña casiña e con iso chégame». Hasta que Hacienda se coló en su vida.

«Tiven que pagar»

Durante cuatro meses estuvo recibiendo cartas indicándole que no había tributado por sus pagas del extranjero. Él, según dice, siempre le había pedido consejo a una gestoría a la hora de hacer la declaración y siempre le dijeron que no tenía que tributar por el dinero que le llegaba de fuera. Pero. tras ver las misivas que le iba mandando Hacienda, le hablaron claro: «Dixéronme que agora estaban aplicando esa lei da que nada se sabía, e que tiña que pagar. Abonei xa 13.500 euros pero aínda me seguen chegando cartas, quédanme máis de 4.000 por pagar».

Ahí es cuando la voz de Benito se hace más débil. Porque empieza a contar que va a tener que pedir un préstamo para hacer frente a lo que le queda por pagar. Afirma «con 70 anos, non sei o que vou facer. Se tivera 35 iría de novo á emigración pero agora...». Afortunadamente, cuando habla así, a su lado están ya otros dos compañeros. Son dos emigrantes retornados de Porto do Son, Xoán Patiño y José Fernández. A ellos no les llegó ninguna multa. Pero se ponen en la piel de Benito. Y por eso se han convertido en dos de los espadas de la plataforma que pelea para que se paren las multas de Hacienda y se le devuelva el dinero a los miles de emigrantes. Ellos explican que los afectados barbanzanos se están intentando unir para, con el resto de los de Galicia, movilizarse. Dicen que no piden nada más que «un trato xusto; non se lle poden cobrar atrasos e multas a esta xente que non sabía desa lei». Todos entienden que haya que tributar por esas pagas, pero no de esta forma.

Por solo 200 euros

Mientras hablan, en plena calle, un viandante le escucha. Y se para. Justo cuando Xoán Patiño dice que «hai moitos afectados na zona», interviene ese peatón anónimo: «¿Habláis de los emigrantes retornados?». Le dicen que sí. Y cuenta: «Yo cobro poco más de 200 euros por Suiza y tengo que pagar 7.000 euros. Es terrible, esto no puede ser». Intercambian impresiones. Hablan de que en todos sus destinos los trataron mejor que aquí. Y alguien pronuncia una frase demoledora: «Mandamos todo para España e agora España acaba con nós».

«Cando me chegou a primeira multa collino mal, non sabía se matarme eu ou matalos a eles»

Benito Villaverde

«Montoro empeza aplicando iso en Galicia porque sabe que é a vaca que máis leite lle vai dar»

Xoán Patiño