Siete talleres artesanales precedieron el vistoso «showroom» de la plataforma
12 oct 2013 . Actualizado a las 07:00 h.Nació hace solo unos meses, pero Creaturas tiene visos de convertirse en la plataforma que un buen número de creadores de Barbanza estaban esperando para, por lo menos, mostrar sus trabajos. Se pudo comprobar el pasado mes de mayo, con el mercadillo que se organizó en Boiro, y se corroboró ayer, con el encuentro de jóvenes creativos que tuvo lugar en el centro social de la villa. La iniciativa permitió a un grupo de artistas caseros, no solo dar a conocer sus obras, sino convertirse en maestros por unas horas.
Y es que el showroom propiamente dicho, en el que firmas y diseñadores de la zona mostraron sus productos a modo de pasarela de moda, estuvo precedido de unos talleres a los que se apuntaron, sobre todo, los más pequeños. De la mano de Lili Fabeiro, una aficionada a la cocina que decidió hace unos meses compartir su experiencia en los fogones, los presentes conocieron diversas recetas de cocina con un denominador común, la creatividad. Coloridos postres y galletas fueron los platos estrella de la sesión.
Con Susana Diz, una de las estancias del centro social se convirtió en una clase de ganchillo muy original. Y es que, armados con agujas e hilos de colores, los aplicados alumnos no hicieron gorros, ni bufandas ni otras prendas de vestir, sino creativas piezas de decoración, sobre todo muñequitos. La técnica, que cada vez tiene más adeptos, se denomina amigurumi.
Entre papeles y arena
Mara Castro demostró que una simple hoja de papel puede convertirse, tras aplicarle las dobleces oportunas, en una auténtica obra de arte; mientras que Esteban Paz ofreció las pautas a seguir para elaborar jabón ecológico. Mientras, personal de Trafego Artesanía confirmó que la arena, tratada y pintada correctamente, puede ser elemento protagonista de vistosos cuadros, y desde Vox Ánima se ilustró a los más pequeños en el delicioso arte de elaborar caramelos y golosinas.
Esta auténtica exhibición de lo que puede hacerse con materiales asequibles y con una buena dosis de ingenio se completó con un grupo de artistas de la aguja y el dedal. En su caso, emplearon una sala del centro social para mostrar piezas de costura y bordado, al tiempo que realizaron algunas labores en vivo y en directo.
Este grupo de artistas caseros sirvió para introducir a los reconocidos, a una docena de pintores, dibujantes y actores que, además de exhibir sus trabajos, montaron un coloquio para intercambiar experiencias.