La Policía Nacional investiga la aparición de unos huesos en unas rocas de Corrubedo

ribeira / la voz

BARBANZA

24 abr 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

La Policía Nacional mandó a analizar dos huesos encontraros el lunes por la tarde en unas rocas de Corrubedo. Los agentes sospechan que se trata de restos de un mamífero marino, pero aún así iniciaron una investigación y los enviaron al laboratorio para descartar al 100% que no pertenezcan a un ser humano.

Todo empezó con la llamada de unos vecinos. Avisaron a los agentes porque hallaron dos huesos en medio de unas rocas. No estaban enterrados ni mucho menos, pero como apenas se les veía en medio de las piedras pensaron que era mejor comunicarlo, no sea que alguien los hubiese puesto allí a propósito y fuesen de una persona.

La Policía Nacional, lógicamente, abrió una investigación. Trajeron los huesos a comisaría para posteriormente enviarlos al instituto anatómico forense de Santiago de Compostela. Aún así, fuentes cercanas a la investigación señalaron ayer que con uno de los huesos no hay duda: se trata de los restos de un mamífero marino, posiblemente de un delfín. Y que es probable que con el otro pase exactamente lo mismo. Pero para disipar todas las dudas se puso el hallazgo en manos de los forenses, que serán los que tengan la última palabra.

Igualmente, y como es obligatorio que ocurra en estos casos, la comisaría dio parte al juzgado, que abrió diligencias. Se encarga del asunto el juzgado número 1 de Santa Uxía.

La eterna incógnita

Esta no es la primera vez que en la comarca aparecen unos restos que provocan una investigación. Cabe recordar un caso emblemático. El de la pierna de Lousame, que apareció entre la basura de Servia. En aquel caso el miembro inferior estaba casi intacto y no había dudas de que era humano. Aunque hace ya cinco años que ocurrió el caso su aparición sigue rodeada de incógnitas ya que nunca se supo a quien podía pertenecer la pierna. La investigación continúa abierta pero parece difícil ponerle cara a ese hallazgo. Toda vez que los estudios de ADN no aportaron nada novedoso. En su día llegó a pensarse que era del vilagarciano Fernando Caldas, pero se descartó.