«Pintar es la forma que tengo de confesarme a mí mismo»

laura ouviña RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

El creador trata de buscar en la pintura una vía de escape

26 jul 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Manuel Romero es un hombre tímido y solitario que consigue mejorar su pintura cada día. La crítica lo adora. Muchos expertos del mundo del arte a nivel internacional incluso lo definen como el nuevo Picasso. Su capacidad de superar todo obstáculo es admirable. Ha viajado por todo el planeta, y sus cuadros componen la decoración de muchos hogares de celebridades como Paul McCartney. Su pintura es sensacional.

-¿En qué consiste la exposición que se puede ver en Noia?

-La muestra es pura retrospectiva. En mi juventud deseé conquistar el mundo con mi trabajo. Después de exhibir mi obra en sitios como Japón, Chicago, París o Londres, y trabajar con conceptos de gente como Bacon, Meter Blake o Freud, me cansé de los aspectos que rodean al mundo del arte, y tomé la decisión de no exponer nunca más. Cuando llegué a Galicia lo único que quería hacer era pintar en mi estudio. Esta es la primera vez que hago una retrospectiva. Aquí, soy un gran desconocido y ya era hora de que esto cambiase.

-¿Dónde nace su interés por la pintura?

-No tengo ningún referente, ni pretendo imitar a nadie. En mi primera etapa pintaba cuadros abstractos que nacían de la muerte y buscaban alcanzar la luz. Con la técnica abstracta llegué a mi segunda etapa, en la que hice varios homenajes a la ciudad compostelana. Ahora me centro en recrear momentos. No consiento que nadie entre en mi estudio cuando estoy creando. Mi arte es todo para mí, cada cuadro es como un hijo. Pintar es la forma que tengo de confesarme a mí mismo.

-¿Tiene algún tipo de formación académica?

-Me licencié en Bellas Artes en la universidad de Kingston. Después fui maestro de la Royal Collage Londres y me entregaron la medalla de oro, concedida por las embajadas Hispano parlantes de Londres por mi labor en campo del Arte y la divulgación de la cultura española.

-¿Cómo definiría su arte?

-Es como si fuese un libro con muchos capítulos, cada uno más interesante que el anterior. Igual que no se puede crear una pieza musical con una sola nota o escribir un libro con una sola palabra tampoco se puede pintar un cuadro escondiendo las emociones. La pintura, como la vida, está llena de emociones, penas y alegrías. Uno como artista debe saber sacarle provecho a estos estados de ánimo. Creo que soy un pintor de emociones y pinto primordialmente para mí, sin importarme el público, las galerías o los marchantes. Trato de buscar en la pintura una vía de escape y una respuesta a mis sentimientos. Cuando pinto necesito la soledad para recrear un estado de excitación mezclado con un poco de locura para desarrollar ese estado casi febril de creación. Los temas y la manera de pintarlos siempre son diferentes.

-¿Cómo es la reacción del público al ver sus pinturas?

-Todo lo que he hecho gustó muchísimo. No creo que el público comprenda mi obra, pero eso no me entristece. Tampoco le doy importancia a si mis cuadros se venden o no, sé que hay épocas mejores y peores para los artistas. Paul McCartney ha comprado varios de mis cuadros.

-¿Cuál es el estilo pictórico que lo define?

-La crítica me define como un pintor lírico abstracto al que le gusta pintar con música. Todos nos creemos genios de la pintura, debemos ser modestos. Somos pintores que ponemos piedras en el camino, para que otro en un futuro desarrolle un estilo.

Manuel romero artista

«No consiento que nadie entre en mi estudio cuando estoy creando»