«El monte siempre ha sido visto como una caja de ahorros»

marta valiña CARBALLO / LA VOZ

BARBANZA

Propone las bioenergías como una salida industrial a la crisis

24 mar 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Durante tres años, entre el 2002 y el 2005, fue el presidente de Sogama -«fue un impás muy interesante», dice-, pero la trayectoria profesional de Jaime Bermúdez Alvite (Mazaricos, 1945) siempre ha estado ligada al sector forestal. Ingeniero químico de formación, inició su andadura en la industria de la madera a principios de los setenta. Ha dirigido y puesto en marcha numerosas fábricas y a finales de los noventa ayudó al desarrollo del Centro de Innovación y Servicios Tecnológicos de la Madera de Galicia (CIS-Madera), organismo del que hoy preside el consejo asesor. Dice que está «retirado en parte», pero es difícil de creer teniendo en cuenta que en la actualidad está escribiendo dos libros sobre la madera y el sector forestal, imparte conferencias y asesora a numerosos empresarios. «Es el momento de apostar y ser valientes», asegura Bermúdez, convencido de que el monte gallego puede y debe ser una gran fuente de riqueza.

-¿Cómo es el sector forestal gallego?

-No se puede entender sin sumergirse en la idiosincrasia de sus gentes. Ha pasado por muchas etapas, pero lo que ha permanecido es que el monte siempre ha sido visto como una caja de ahorros antes que como un sector productivo. La gente solo se acordaba de la madera cuando tenía necesidades económicas puntuales, cuando en realidad puede ser una fuente continua de ingresos. Uno de nuestros problemas es que la propiedad sigue siendo mayoritariamente minifundista. Así, nuestros montes son muy productivos, pero poco competitivos.

-Hay muchos árboles, pero se les saca poco provecho.

-Exactamente. Eso es así a pesar de que tenemos una industria de transformación forestal muy importante, porque el 50% de las cortas de madera nacionales se producen en los montes gallegos. Y la industria del aserrado, a pesar de haberse resentido mucho por la crisis de la construcción, todavía representa más del 40% de la producción nacional.

-¿Qué se está haciendo mal?

-La mayor debilidad está en lo que se llaman segundas transformaciones, que es donde hay mayor valor añadido. Solo destinamos a carpintería y mobiliario el 8% de nuestra madera. Tampoco nos beneficia la cultura del minifundismo y otra de nuestras debilidades son los incendios. Además, la nuestra es madera de baja calidad y eso se debe a que no se practica la selvicultura, los propietarios de los montes no podan ni cuidan sus árboles y hay poco cuidado genético.

-¿Es difícil corregir todo eso?

-No y sí, porque uno de los problemas de los montes gallegos es el minifundismo y para acabar con él no solo tiene que hacer algo la Xunta, sino también la sociedad. Los dueños de los montes tienen que apostar por el asociacionismo, porque para ser competitivas, las superficies de explotación tienen que ser mayores. Si logramos corregir las debilidades del sector forestal sus beneficios anuales podrían multiplicarse por seis.

-¿Y en el caso de los incendios?

-La educación es fundamental. Hay que acabar con la idea de que los incendios solo perjudican a los demás. Las nuevas generaciones tienen que venir con otra mentalidad y comprender que los árboles son nuestros pulmones y hay que cuidarlos.

-¿Cómo se puede sacar más partido a los montes?

-Debemos apostar por el aprovechamiento de las maderas de baja calidad para la producción de bioetanol. Otra salida estupenda es la energía térmica, que consiste en el consumo de leñas, de pellets [pastillas de madera molida y prensada]. Es un combustible barato y poco contaminante. Generaría riqueza, muchos puestos de trabajo y mucho valor en la cadena forestal. No estoy descubriendo nada nuevo, porque esta es la energía que siempre se utilizó en Galicia y es mucho más barata que, por ejemplo, el gasóleo.

-¿Por qué no se ha hecho ya? ¿Qué ha fallado?

-Es que primero hay que fomentar el consumo de esas bioenergías y en eso la Xunta juega un papel importantísimo, porque debería dar ejemplo y usar ese combustible en sus edificios públicos. De esa forma fomentaría el desarrollo de nuestros montes, ayudaría a fijar puestos de trabajo en el medio rural y reduciría las emisiones de CO2.

-¿La transformación de la madera en bioenergía sería viable en la Costa da Morte?

-Por supuesto y la apuesta por este tipo de industria permitiría que las tierras que ahora mismo están sin reforestar volviesen a ser productivas. Pero nosotros debemos ser valientes y presentar proyectos innovadores y no pensar que el gobierno nos lo va a dar todo hecho. La Costa da Morte siempre ha sido, y lo sigue siendo, una zona maderera muy importante que debe sacar partido a esa riqueza.

-¿Debemos apostar por las bioenergías y olvidarnos, por ejemplo, de la industria del mueble?

-No. Galicia, históricamente siempre tuvo muy buenos profesionales. Pero todo eso se ha ido perdiendo y debería haber un impulso de la formación profesional, porque en las segundas transformaciones hay también muchas posibilidades.

-Da la impresión de que, en general, el sector forestal se ha dormido en los laureles.

-Desde el punto de vista del I+D+i y del asociacionismo nos hemos quedado un poco atrás. El mayor problema es que el monte no se ha cuidado lo suficiente y ahora, con la crisis, se nota.

jaime bermúdez alvite presidente del consejo asesor del CIS-madera

«Hay que olvidar minifundismo y apostar por el asociacionismo»

«El sector forestal es muy productivo, pero poco competitivo»